Capítulo VIII
La máscara y los espejos.

Identidad étnica en Curré.

Análisis de resultados de tres talleres de identidad étnica.

 

Entonces llega de la escuela y me dice,
mamá, ¿es cierto que soy cholo?

Testimonio Oral No. 35

 

Presentación

Curré es una comunidad indígena. La identidad étnica de Curré es una construcción dinámica, que está en permanente movimiento y tensión. Es el resultado de la pugna entre unas fuerzas ideológicas que luchan por la continuidad étnica y otras que tienden a la desaparición de esta identidad. La identidad de Curré emerge como resultado de esta lucha. Quienes quieran hallar en Curré la imagen inalterada y esencial del indígena, no la hallarán. La suya es una identidad en movimiento, se está haciendo todos los días en el fragor de la interacción dialéctica entre esas fuerzas. La identidad de Curré es como una máscara rota: una de esas máscaras del juego de los diablitos, que ha perdido partes de sí misma en su enfrentamiento con el toro, que representa a “la otredad”. No es absoluta o esencial, ha venido cambiando con el tiempo, se ha reacomodado a través de la historia, pero existe, no porque no cambie, sino porque subsiste la “oposición” con el otro, el contraste, la distancia y la diferencia. Igual que en el juego de los diablitos, la identidad de la etnia radica en la oposición al toro (Ver Cap. IX. Juego ritual de los diablitos).

Estas fuerzas ideológicas en pugna se enfrentan tanto dentro de la comunidad como desde fuera de ella. En su interior, batallan las tendencias que proponen la “continuidad étnica”, contra la tendencia de “ruptura”, que proclama el fin de la identidad indígena y la integración a la sociedad nacional (Ver Cap. VII Pensamiento étnico y pensamiento de ruptura en Curré). Pero también desde fuera de la comunidad, actúan fuerzas que luchan conscientemente contra la Ley Indígena o contra la existencia de Territorios Indígenas, así como otros actores, que no son necesariamente conscientes, o deliberadamente opuestos a la identidad étnica de la comunidad, pero que encarnan procesos sociales o dinámicas estructurales con carácter de homogenización cultural, capaces de afectar drásticamente la identidad étnica, como ocurre con cierto tipo de desarrollo o cambio tecnológico.

La identidad étnica es una ideología que se produce en el seno del sistema interétnico y muy especialmente en el contraste o confrontación de unas etnias con otras. Es una forma de representación colectiva. En una región intercultural, (Buenos Aires de Puntarenas, por ejemplo), los diversos grupos reafirman sus identidades por medio de un sistema de referencias o categorías, construido como una ideología de relaciones intergrupales. Esta ideología está influida por las relaciones estructurales de la etnia en su articulación con la sociedad en general. Está embebida en la cultura de la sociedad mayor, de sus prejuicios y sus estereotipos (Cardoso, 1992: 39). La identidad surge del contacto interétnico, su esencia es el contraste y se hace más evidente ante la “fricción interétnica”. El individuo puede experimentar una afirmación positiva derivada de su identidad étnica, pero también puede ser víctima del estigma o del desprestigio, llegando incluso a experimentar “una dolorosa conciencia de identidad”. [1]

En la vida diaria de los curreseños, las experiencias de confrontación con “el otro”, que dan paso a los procesos de conformación de su identidad étnica, tienen lugar en la interacción cotidiana con formas de ser o de pensar de la “otra sociedad”. Esto ocurre al defender sus derechos, leyes, Territorio, en la relación con los no indígenas que habitan la “Reserva”, en el colegio, durante la experiencia de la migración, en ámbito laboral, al viajar en bus, entrar a un restaurante, o en la interacción con los funcionarios estatales, así como frente a programas de desarrollo, que entrañan cambio cultural y tecnológico. La eventual realización del proyecto hidroeléctrico Boruca ha sido un claro ejemplo (Ver Cap. X).

Para profundizar en el conocimiento de esta dinámica de configuración de la identidad étnica, se propuso la realización de talleres con grupos específicos de la población de Curré, en dónde pudiéramos, mediante un trabajo colectivo, hacer el análisis de casos concretos. En este capítulo se ofrecen los resultados de tres talleres realizados con grupos de varones, mujeres y jóvenes de la comunidad. Los principales temas que se analizan son: Rasgos que caracterizan la identidad étnica, identidad y desarrollo, identidad y cambio cultural, identidad y mestizaje, manipulación o negación de la identidad frente a otras etnias. Identidad y resistencia. Otros temas que se abordan son: El cambio cultural y “el dolor de lo perdido”. Indígena: desprecio y pobreza. Manejo del rechazo y la segregación social. Sentimientos generados por el rechazo. Importancia de la autovaloración del indígena. Identidad y migración. Los hijos de los curreseños que han emigrado. El papel del entorno social en la formación de la identidad étnica. Indígenas tradicionales e indígenas modernos. Ignorancia de la sociedad nacional respecto a la sociedad indígena.

 

El juego de los espejos: ¿Quiénes somos?

A modo de preámbulo.

La identidad étnica es el resultado de la acción de una serie de actores sociales. En el juego de los espejos, la identidad étnica es lo que somos, pero también lo que creemos que somos, lo que los otros nos hacen creer que somos. Ella es un producto de la “auto atribución” y de la “atribución de los otros” (Cardoso, 1992: 23).

El curreseño se expone a un discurso cruelmente contradictorio. Por una parte, se le estigmatiza porque es indígena, por otra se le asegura que ya no lo es. En todo caso, es en el contraste con el otro, en el encuentro con la sociedad nacional “blanca”, donde descubre que “es diferente”, donde se hace evidente su “otredad”, a veces de modo doloroso:

 

Cuando yo iba al colegio, a uno le decían que era cholo, verdad, y por lo general cuando a uno le dicen que es cholo, uno mismo se quita… como que siente… uno piensa lo que están diciendo de uno. Que es cholo, indio de la montaña y qué se yo, y viene aquí (a la ciudad) a ver qué hacen… Entonces uno mismo se arrincona. Porque yo tenía mi esquina, y de ahí, de esa esquina nadie me quitaba. Porque yo no sentía que yo era de ahí. Pero si yo hubiera pensado en ese tiempo como ahora… pero yo no sabía. Entonces yo pienso que sí, que en Costa Rica hay racismo, porque uno mismo lo vivió.

Testimonio oral N°. 39

 

El racismo es percibido al salir de Curré. Es aquí donde por primera vez se siente la discriminación, y al mismo tiempo, se toma conciencia de la identidad étnica, “dolorosa conciencia” de la diferencia étnica y del clasificador social que separa a los cholos de los que no lo son. Es fuera de la comunidad, en la confrontación con el otro, donde se descubre “indio” y aprende el sentido peyorativo de la palabra “cholo”, términos que antes desconocía:

 

No había sentido eso antes, porque nunca había salido de aquí, y aquí en Curré todo se ve bien, o sea se ve normal. Nunca me había sentido, que sé yo, humillada… Porque una vez una muchacha gorda y fea me dijo “es que usted es una chola”, me dijo así, pero antes yo no sabía qué era “cholo” y ni sabía qué era” indio”. Pero son cosas que uno con el tiempo va aprendiendo, como se define cada concepto.

Testimonio oral N°. 39

 

Por otra parte, el indígena de Curré enfrenta actores sociales empeñados en desconocer su identidad étnica.

 

“Hay una fuerte presión de parte de los blancos, para que no seamos indígenas…”

                                                                      José Domingo Lázaro, Conversación Personal

 

En algunos casos se trata de una posición puramente ideológica de negación de la diferencia, pero en otros, existe un claro interés económico por negar al curreseño su condición de indígena, la que, según a la ley 6172, le garantiza (al menos en el papel), la posesión inalienable, imprescriptible, no transferible, y exclusiva, de todas las tierras de la “Reserva”. Este es el caso de los “blancos” que se han afincado en el Territorio, para quienes Curré ya no es indígena por efecto del cambio cultural, de la presencia de adelantos técnicos y por el mestizaje. Según este criterio, los curreseños ya no son indios: los indios son los que cocinan en piedras y viven como indios: ¡estos no!

 

Diay es que, yo no sé… Yo conozco, la Reserva Indígena, pongamos, de los guaymíes, aquí por el lado de San Vito. Es un lugar donde solamente indígenos hay (sic). En Guaymí, esa Reserva, no permiten un solo blanco. Ahí, solamente indígenos. Ahí usted va a ver los indígenos, porque yo conozco verdad. Ahí usted, va a ver los indígenos que cocinan así en… en el suelo y, y de veras, como viven los indígenos. Pero tal como este lugar (Curré), ya usted conversa con un indígeno y es como que si conversara conmigo. Y ya son gente más…, más distinta, más civilizada, más… más todo verdad. Ahora todo es distinto.

No indígena. Testimonio Oral No 6.

 

De acuerdo a su criterio, tampoco el territorio debería ser considerado “Reserva”, porque en su criterio, las “Reservas” no tienen adelantos como carreteras, teléfono y electricidad:

 

Yo no sé si la Reserva… parece que una Reserva no tiene que haber carreteras. No tiene que haber teléfono. No tiene que haber eso… que no puede haber, no sé si la ley es así. Pero resulta que aquí, aquí ya, aquí tenemos, y diay, teléfono, tenemos, eh…, electricidad. Tenemos todo eso. Entonces yo no sé cómo, cómo es esta, esta Reserva. Cómo tiene que ser una Reserva. Yo no me explico.

No indígena. Testimonio Oral No 6.

 

Finalmente, otro de los argumentos en que se fundamentan los sectores que niegan la identidad indígena de Curré, es en el mestizaje:

 

Es que vea, también hay aquí una cosa, ya le voy a decir algo. Resulta que, pongamos, como decir Curré, Curré no… Si, nos ponemos a hablar de mestizos, nosotros tenemos aquí, una mayoría de gente que tiene… es un cruce, totalmente. Quiere decir que si nos ponemos a pensar cuáles son los indios legítimos, entonces aquí hay un cruce. Aquí hay un cruce de una barbaridad. Aquí hay, cruces de panameños, y cruces de nosotros, los blancos.

                                                                                  No indígena. Testimonio Oral No 6.

 

Espejos múltiples y contradictorios:

Existen además otros discursos. Algunos exaltan al indígena: el discurso oficial, el discurso escolar, el de la tradición familiar y comunal. Como la amorosa madre blanca que le enseña a su hijo mestizo, que no tiene porqué sentir pena de ser indio, ¡todo lo contrario!:

 

Mamá, ¿es cierto que soy cholo? Y le digo yo: Sí, y siéntase muy orgulloso de que por sus venas corren dos sangres, dos culturas, dos personalidades, que lejos de ser menos que alguien, es más que alguien. Todos los conocimientos de su padre los tiene y los míos también. No tiene por qué sentirse mal por eso. Ah, bueno, contestó el niño. Y agrega la entrevistada: Si uno de niño, desde pequeño, se le enseña a esconderse, porque lo persiguen porque es cholo… eso es grave.

Luz Elmida Araya
Señora blanca casada con un indígena.
Testimonio Oral No. 35.

 

Es frente a este juego de espejos que los curreseños construyen su identidad étnica. Frente al empleado estatal que viene a cumplir un programa, pero se frustra porque esperaba encontrar “indios con taparrabo y una gran pluma” (José Domingo Lázaro). Frente a la ONG que tiene sus propias imágenes y sus propias expectativas de lo que es ser indio. Frente al Estado costarricense que celebra un Día del Indígena, y dicta una Ley Indígena en su beneficio, pero no la hace cumplir. Frente a los hermanos de otras etnias que sí tienen traje, lengua vernácula y otros marcadores étnicos que los curreseños ya no conservan. Frente al dolor de lo perdido, tierras, cultura, tradiciones. Frente a los promotores culturales que quizá esperaban que la cultura se conservara intacta. Frente a la necesidad de abandonar Curré en busca de fuentes de empleo. Frente a la necesidad de asumir la modernización y el desarrollo social para mejorar su condición de vida y salir de la miseria. Frente a “los mayores” que demandan el respeto a las tradiciones de los abuelos. Frente a un sistema educativo que por años desconoció la especificidad social y cultural del indígena. Frente a los compañerillos del “cole”, que tanto “chingan”. Frente a los compañeros de trabajo, en San José, que nunca habían visto un indio. Frente a una nación costarricense que se construyó a sí misma con la imagen de ser una nación blanca sin indios, “la única nación blanca del Caribe”. Frente a corriente mundiales que reivindican las causas indígenas. Frente a los terrateniente blancos que usufructúan las tierras que por ley son de los indígenas, pero que compran mano de obra indígena y le ofrecen un ingreso, a veces el único posible en toda la región.

Curré, de pie frente a los espejos, construye su identidad con una argamasa de imágenes contradictorias. Frente a la tradición, frente a los ancestros, frente a los muertos nuevos y frente a los muertos viejos, cuyos huesos descansan junto al Río Térraba, frente a Cuasrán y frente a Sancragua, frente al Dueño del Monte y el Dueño del Río. Frente a la necesidad de adoptar nuevas tecnologías, la computadora, el Internet. Frente a la posibilidad marcharse para siempre de este pueblo y no saber más nada de Curré. Frente a la Empresa Eléctrica que pretende construir una empresa hidroeléctrica, inundar el valle y reubicar Curré.

Es frente a todos estos espejos, múltiples y contradictorios, que se construye día con día la identidad étnica de Curré. Espejos que ofrecen imágenes distintas, heroicas, pintorescas, oficiales, interesadas, académicas. Imágenes para el consumo de los funcionarios oficiales, imágenes para el trasiego de las entidades y los presupuestos internacionales, imágenes de la sociedad nacional, imágenes salidas de la ignorancia, del rechazo, de la mala fe, pero también de la esperanza y la solidaridad, imágenes que vienen de lejos en las voces de los abuelos, imágenes fraternales de las otras etnias, imágenes de la idealización, de la intelectualización, del oportunismo o del racismo. Frente a todos estas imágenes, en cada momento de su vida, en cada coyuntura concreta… el curreseño debe asumir una posición: ¿Quién es? ¿Es indígena o no lo es? ¿Qué es un indígena, hoy en Costa Rica y en el mundo?. Es frente a estos espejos, o a pesar de ellos, que Curré, sigue ahí, con su sol y con su brisa, con sus ventecitas de artesanía, con su realidad y su historia, entre la río y la carretera.

 

Es frente a los espejos …

Un niño de piel blanca, casi rubio, hijo de madre mestiza
y padre blanco, pronunció una palabra en lengua boruca.
Su madre sorprendida se volvió y le dijo:
– Qué te pasa, ¿sos “cholo”?
– No, contestó ingenuamente el niño. Soy indio.

 Anécdota relatada por Heida Lázaro.

 

Por qué un taller sobre identidad étnica

Mediante un trabajo de campo basado en testimonios orales, habíamos comprobado la existencia de un pensamiento dominante y mayoritario que propone la defensa a toda costa de la identidad indígena de Curré, y la presencia de un sector, muy pequeño, que postula la ausencia de identidad indígena y la integración inmediata a la sociedad nacional (Ver Cap. IX). Sin embargo, nos parecía importante indagar en diferentes sectores de la comunidad, para profundizar acerca de cómo se viven los diferentes aspectos de la identidad.

Es por eso que ideamos realizar varios talleres en los que pudiéramos focalizar, en cada sector, el tema de la identidad étnica de Curré, en torno a circunstancias más concretas, a saber, la identidad ante el desarrollo, el cambio cultural, el enfrentamiento con otras etnias y con relación al mestizaje existente en Curré. Por la naturaleza de este tema, quisimos tener la percepción de sectores diversos, tanto en género como en edad. ¿Cómo se perciben los curreseños con relación a su identidad indígena? ¿Qué piensan los jóvenes? ¿Qué piensan los mayores? ¿Qué piensan las mujeres? ¿Cuál es la actitud hacia el cambio cultural? Hacia el desarrollo, hacia la invasión de modas… ¿Cómo afectan estos cambios la identidad?

Un aspecto a resolver era cómo convocar los talleres, bajo qué argumento. La oportunidad se nos ofreció cuando el Museo Nacional de Costa Rica, junto con la comunidad, diseñaron el programa de actividades para la celebración del Festival Cultural Indígena (celebración alternativa del 12 de octubre, que realiza anualmente la comunidad indígena). Aprovechando la ocasión propusimos la realización de estos talleres, como jornadas de reflexión colectiva, preparatorias al Festival, para lo que se contó con el apoyo de la ADI. La convocatoria se hizo mediante visitas personales, casa por casa. Las fechas de realización, según horarios sugeridos por la comunidad, fueron las siguientes:

 

Taller de Mujeres, viernes 6 de octubre del 2000 en la tarde.

Taller de Jóvenes, sábado 7 octubre, en la noche.

Taller de Varones, domingo 8 octubre, en la mañana

 

Para diferenciar a los jóvenes de los otros dos grupos no se impuso una edad límite, de modo que se permitió que las personas optaran libremente. De este modo, si una joven madre decidía hacerlo, asistía al grupo de jóvenes o al de señoras, según quisiera. Así en otros casos semejantes.

 

Curso Taller de etnicidad en Curré

Objetivos:

Primero:
Crear condiciones para la reflexión colectiva de la comunidad de Curré sobre los siguientes temas:

  • identidad étnica
  • identidad y contraste con otras etnias
  • identidad y desarrollo
  • identidad y cambio cultural
  • identidad y mestizaje

 

Segundo:
Ofrecer a la comunidad elementos conceptuales mínimos (nociones) para comprender mejor su situación de grupo étnico dentro de una sociedad pluriétnica y dentro de un Estado nación. Ofrecer elementos conceptuales para sobrellevar la tensión (individual y colectiva) que se genera entre identidad étnica y el cambio cultural que experimentan.

 

Temas y contenidos:

  1. Identidad étnica en Curré:
    Qué es ser indio. ¿Somos indios en Curré?
  1. Identidad, desarrollo y cambio cultural
    ¿Podemos cambiar y seguir siendo indios?
    ¿Podemos modernizarnos, usar nuevas tecnologías, modas y costumbres y seguir siendo indios?
  1. Identidad y confrontación o contraste
    ¿Cómo nos ven los otros?
    ¿Qué nos diferencia de los otros?
    ¿Influyen los otros en nuestra visión de nosotros mismos?
  1. Identidad y mestizaje:
    ¿Son indios los hijos de parejas mixtas?
    ¿Cómo queremos que esto ocurra en Curré?

 

Metodología: [2]

Se realizaron análisis de casos con el apoyo de técnicas de reflexión colectiva, como el trabajo en grupos y la lluvia de ideas, siguiendo el programa que se ofrece en el “Cuadro de Planificación del Taller” (Ver Cap. III y Anexos). Los casos para analizar fueron los siguientes.

 

Casos a analizar

Primer caso: El caso de Juana

Objetivos:
Caracterizar los atributos del indígena
Analizar la problemática del mestizo en torno a la identidad.

Juana nació en Curré y colabora con la Asociación de Desarrollo de la Comunidad. Ella tiene un proyecto para aumentar la producción y venta de artesanía. Juana y su esposo saben historias de Cuasrán, del Dueño del Monte y del Dueño del Río y a veces las cuentan a sus niños. En los próximos días Juana se irá a trabajar a San José, pero vendrá en febrero a colaborar en la organización de la Fiesta de los Diablitos. Ella dice que este año deben estar todavía mejor que el año pasado. Por cierto, Juana es hija de madre curreseña y padre no indígena. La pregunta es ¿es Juana indígena o no? En trabajo en grupo discutiremos: Qué características se necesitan para ser indio. Cuándo se deja de ser indio.

 

Segundo caso: El caso de Ronald

Objetivo:
Analizar una experiencia de negación o manipulación de la identidad étnica frente al “otro”.

Ronald es un indígena de Curré. Tiene 16 años. Es un buen muchacho. En vista de la difícil situación económica de su familia ha decidido venir a San José a buscar trabajo. La otra tarde se montó a un bus y estuvo conversando con unas muchachas muy simpáticas. Cuando le preguntaron de dónde era, dijo que de Pérez Zeledón. No dijo que es de Curré. Tampoco dijo que es indio. Al final se sintió mal y se quedó pensando ¿hice bien o hice mal?. La pregunta es: ¿Por qué Ronald no dijo que era indio? ¿A qué tuvo temor? ¿Por qué las personas a veces cambian su identidad?

 

Terecer caso: El caso de Alfredo

Objetivo:
El objetivo de este caso fue analizar la percepción hacia el cambio cultural y tecnológico, en torno al tema de la identidad étnica. Se toca también el tema de la migración.

Alfredo ha cambiado mucho. Nació en Curré, de padres indígenas. Es profesor de inglés y dirige un instituto de idiomas en San José. Vive bien. Tiene un buen carro y usa una computadora portátil para preparar sus lecciones. Usa pelo largo recogido en cola y un arete, y le gusta la música rock. Sin embargo, a Alfredo le gusta venir a Curré a ver a sus primos y sobrinos, bañarse en el río, tomar chicha y jugar bola. Aunque no vive aquí, últimamente anda muy preocupado con eso del Proyecto Boruca. Cada vez que puede trae gente para que conozcan la comunidad y se vive llevándoles artesanía y hablándoles de Curré y sus tradiciones. Aunque él salió de Curré, parece que Curré no salió de él. Realmente Alfredo se siente orgulloso de ser curreseño. La pregunta es ¿es Alfredo indígena o no? Discutamos en grupo cuál de estas dos posiciones nos parece correcta y porqué.

 

Resultado de los talleres

Los talleres fueron exitosos, cada uno a su manera. En los talleres de Jóvenes y Mujeres, los participantes tenían menos experiencia en el manejo de estos temas. En estos casos, ante la necesidad de información de los participantes en torno a temas básicos, el investigador optó por relegar a un segundo plano los intereses de la investigación y propiciar una labor reflexiva y participativa para beneficio de la comunidad. Por otra parte, las intervenciones fueron más cortas que en el Taller de Varones, lo que dio como resultado un volumen de información menor. Sin embargo, los problemas esenciales quedaron esbozados y las percepciones en torno a la identidad étnica y otros temas conexos suficientemente perfiladas para nuestro análisis. El grupo de varones por ser estos en su mayoría dirigentes, tiene una formación básica, lo que nos permitió entrar directamente a la discusión de los temas de fondo, con una mayor producción de información y análisis.

El Taller de Mujeres fue el más concurrido. En él participaron cerca de 40 señoras, casi todas ellas miembros del grupo denominado “Mujeres Indígenas con Espíritu de Lucha” que ha venido realizando acciones en contra el Proyecto Hidroeléctrico Boruca. Este grupo se formó a partir de un curso de desarrollo personal ofrecido por las instituciones estatales IMAS e INA. Su presencia por cerca de tres horas, muchas de ellas con niños, fue muy importante. Muchas de ellas son personas muy tímidas y reservadas, por lo que su aporte fue sumamente apreciado por nosotros. Sabemos que la experiencia resultó novedosa e interesante para muchas de ellas.

El grupo de jóvenes fue el más difícil de convocar, de modo que se inició, con una participación de unas 18 personas. Se generó un ambiente jovial y dinámico y se integraron juegos. Esto contribuyó a que el tiempo de trabajo fuera menor y los productos se redujeran. Ya en la actividad los jóvenes evidenciaron su interés en el tema. Es un aspecto del que quieren conocer y del que se les informa poco. Nuestra percepción es que la reflexión que se generó fue de gran importancia para los individuos y la comunidad. Estos son temas urgentes que debería abordar el Ministerio de Cultura o el Movimiento Nacional de Juventudes. Tanto con las mujeres como con los jóvenes, con quienes había tenido menos contacto hasta ese momento, estos talleres permitieron un acercamiento que favoreció nuestra relación con la comunidad y la realización de la investigación.

El taller con los varones permitió complementar, profundizar y esclarecer, algunos de los aportes que ya se habían sugerido en los talleres de las mujeres y los jóvenes, pero que habían quedado apenas esbozados. En ese sentido los tres talleres fueron una sola experiencia que culmina con el Taller de Varones. Varios factores contribuyeron al éxito de este taller. Los participantes son en su mayoría dirigentes comunales, el grupo fue relativamente pequeño (unas 10 personas), y casi todos eran conocidos del investigador. Adicionalmente, este fue el último de los talleres, por lo que habíamos acumulado experiencia en el manejo de las técnicas y los casos, e información aportada por los talleres anteriores. El análisis de casos se usó muy fluidamente dentro de un solo proceso reflexivo. A juicio del investigador, el orden de los casos se alteró para hacer más fluido el proceso reflexivo. La forma en que resultó este taller nos motivó a rescatarlo casi íntegro, como una pieza de reflexión autóctona sobre la identidad étnica. Esta es la razón por la que se analiza primero los talleres de mujeres y jóvenes, y posteriormente el de varones.

Observará el lector que no se abordó el tema del Proyecto Hidroeléctrico, tópico particularmente rico para ser analizado desde la perspectiva de identidad étnica, por tratarse de un caso de confrontación interétnica. Esto se hizo deliberadamente, para evitar que al ser el investigador trabajador del ICE, se pudiera tergiversar el objetivo de la actividad y se entorpeciera el desarrollo del evento. Durante la realización de los talleres se contó con el apoyo logístico e intelectual del joven curreseño Uriel Rojas, a quien debo reconocer sus valiosos aportes. A continuación se desarrollan los núcleos temáticos más importantes del taller.

 

¿Quién es indígena?
Mestizaje e identidad étnica en Curré

Análisis del caso de Juana.

Objetivos: Caracterizar los atributos que definen al indígena y analizar la problemática del mestizo en torno a la identidad. El caso de Juana, en resumen, es el de una joven curreseña, que participa en todas las actividades comunales, disfruta contando leyendas tradicionales a sus hijos y organiza la fiesta tradicional de los diablitos, trabaja en artesanía, pero es hija de madre indígena y padre no indígena (Ver Diseño del Taller Cap. III). La pregunta es, Juana, ¿es indígena?

 

Respuestas por grupo:
¿Qué atributos definen la identidad indígena?

Grupo 1

Para ser indio se necesita:
Creencia en sus tradiciones.
Servir a la comunidad en todo momento.
Apreciar su cultura idioma artesanía.
Tener identidad, tomar chicha, tamales

Grupo 2

Para ser indio se necesita:
Conservar nuestras tradiciones, comidas y bebidas
Conservar nuestras fiestas tradicionales
Conservar nuestras costumbres
“Ser indio” es reconocerse indígena.

Grupo 3

Juana es indígena
Representa su cultura
Participa y colabora en las fiestas tradicionales
No se pierde ser indio.

Grupo 4

Para ser indio se necesita:
Ser hijos nativos de indígenas
Vivir la tradición dejada por nuestros ancestros.
Valorar los principios culturales
Conservar y respetar su identidad dentro y fuera de la comunidad.

Aspectos que caracterizan al indígena.

En resumen
El indígena se caracteriza por:

  • Tener ancestros indígenas
  • Conservar su tradición
  • Servir a su comunidad
  • Tener presente su cultura: idioma, artesanía
  • Valorar principios culturales
  • Conservar y respetar su identidad dentro y fuera de su pueblo.

 

Estos aspectos guardan afinidad con la serie de aspectos que de acuerdo a Barth forman parte de la “definición consensual en antropología” de grupo étnico, la que designa una población que se autoperpetúa principalmente por medios biológicos, comparte valores fundamentales, posee un grupo de miembros que se identifican y son identificados, etc. (Cardoso, 1992: 20). Sin embargo, en esta definición elaborada a partir del trabajo del Taller de Mujeres, los atributos que confieren la identidad étnica, son planteados en una dimensión activa, de tal modo que no basta con pertenecer a una comunidad, se planteó, “servir” a la comunidad. No basta con tener una cultura, se propuso “valorar” principios culturales. Esta particularidad se debe a que la identidad indígena en Curré, no parece ser solo un atributo pasivo sino una “actitud”, una adscripción de la cuál yo formo parte activa: soy apelado y respondo.

La dimensión activa de la identidad se verá todavía más acentuada al hablar de los mestizos donde, como diría un participante del taller de varones: “si una persona participa, se reconoce por la comunidad y acepta su sangre india, es india”. No basta la sangre india, debo también participar y aceptar, y se requiere además que se me reconozca por parte de la comunidad. Es posible que en el caso concreto de Curré, esta variable activa se intensifica más por la confrontación interétnica que ha estado viviendo la comunidad ante la posible construcción de una represa hidroeléctrica y ante los cuestionamientos a su identidad étnica provenientes de diversos sectores. La identidad étnica pasa a ser entonces causa y militancia. Si sos indígena estás con nosotros y actuás con nosotros.

 

Identidad y mestizaje: ¿Sangre o cultura?

Prosiguiendo con el análisis del “Caso de Juana”, las participantes al Taller de Mujeres, organizadas en grupos de trabajo, sostuvieron una discusión reflexiva sobre la identidad étnica de los mestizos. Reconstruimos aquí ese diálogo por su importancia para el estudio del tema que nos ocupa:

 

Expositora Grupo 1

Juana es mestiza, no es indígena…
Si uno de los dos (padres) no es indígena, ella es mestiza.

 

Expositora Grupo 2

Sí, es indígena. Juana tiene derecho, tiene libertad de ver que su padre es indígena y escoger la cultura… Si ella lo decide cuando sea joven, ella es indígena.

 

Expositora Grupo 1

Bueno, no es que no es indígena (Se retracta). Yo estoy consciente y de acuerdo con lo que ella está explicando, que sí es indígena. Lo que le expliqué, fue que ella es indígena, pero está mezclada. Si el papá mío fuera blanco y mamá indígena, y si yo no quiero ser (indígena), porque a mí mucho me da vergüenza ser indígena y digo: no, yo soy blanca, pero llevo la parte indígena, entonces sí toma parte de eso. Yo no se lo expliqué pero sí, (es indígena). Si lleva la parte indígena, mezclada. No es indígena, legítima. Está mezclada.

 

Mientras esto ocurre, una señora mestiza se molesta porque se ha puesto en duda su identidad indígena. Algunas hacen comentarios entre ellas. Otra participante aboga por la identidad indígena de los mestizos, con los siguientes argumentos:

 

¡Un asunto es de sangre y otro es de cultura…¡

 

Expositora Grupo 3.

Opinamos que sí es indígena, porque tiene madre indígena…

 

Expositora Grupo 4

Las compañeras dicen que sí, que Juana es indígena. Porque se identifica con la comunidad, y respeta su identidad.

Si no se identificara como indígena, como del pueblo, ella no se va para San José por necesidad a trabajar unos cuatro meses, se va para siempre. Cuando en San José se la topan ¿vos de dónde sos? De Guanacaste o de Limón, de Curré jamás.

 

Finalmente, se produjo un acuerdo en el sentido de que el aspecto “sangre” no es el único identificador étnico, sino que se plantean algunos otros, entre ellos, el más importante, es la voluntad del mestizo de pertenecer a la comunidad y a la etnia. El mestizo tiene derecho a escoger su identidad. Pero Juana es indígena, porque “se identifica y respeta”. En el caso del mestizo, la dimensión activa de la identidad étnica se incrementa: si no se identificara como indígena, ella se iría, diría ser oriunda de cualquier otra parte, de Curré jamás. Pero Juana se queda en Curré, asume su identidad y ejerce su derecho a optar, “se identifica y respeta”: Juana es indígena. Este caso no se analizó en el Taller de Jóvenes por limitación de tiempo, aunque sí se discutieron con ellos las principales conclusiones aportadas por las integrantes del Taller de Mujeres.

 

Negación o manipulación de la identidad étnica

La identidad frente a “los otros”.

La identidad étnica puede ser positiva, como cuando un grupo decide reivindicar su ancestro indígena para garantizar el acceso a las tierras tradicionales, o disfrutar de estatus y prestigio, o bien, puede resultar negativa cuando de ello se deriva la carga de un “estigma”, llegándose incluso a experimentar lo que Cardoso llama “dolorosa conciencia de identidad”, cuando el peso del estigma sobre una minoría es excesivo y se convierte en una pesada carga existencial. En tales casos puede darse el fenómeno que Cardoso llama “caboclismo”. Esto ocurre especialmente en contextos de acendrado racismo, donde el indio se encuentra rodeado de una ideología que le anula, hasta el grado de que “se ve a sí mismo con ojos de blanco” y prefiere negar su identidad (Cardoso, 1992: 32 – 33)

Ocurre además que la identidad no es estática, sino que ante circunstancias adversas o extremas, puede ser modificada, ya sea por el grupo o por el individuo. Cardoso habla de identidad “manipulada” cuando los grupos o los individuos, determinan su identidad en términos de sus necesidades inmediatas. Explica que bajo determinadas condiciones, puede producirse una “renuncia” a la identidad. Estas fluctuaciones deben ser interpretadas, asegura el autor, como un esfuerzo, a veces dramático, del individuo o del grupo, para lograr su sobrevivencia social (Cardoso, 1992: 39). El caso que seguidamente se ofrece para su análisis, es la recreación de una anécdota conocida durante nuestro trabajo de campo en la comunidad.

 

El caso de Ronald.

Objetivo: Analizar una experiencia de negación o manipulación de la identidad étnica frente al “otro”.

Ronald es un joven indígena de Curré, de paso por San José. Estuvo conversando con unas muchachas que le preguntaron de dónde era, a lo que respondió ser de una comunidad no indígena. No dijo que era Curré, tampoco dijo que era indio. Los participantes al taller discuten ¿Por qué Ronald no dijo que era indio? (Ver Diseño del Taller, Cap. III).

 

La identidad frente a los otros.
Respuestas del Taller de Mujeres:

Ronald no dijo que era indio…

  • Porque le dio vergüenza
  • Porque no tenía clara su identidad
  • Porque le dio vergüenza que las muchachas lo rechazaran.
  • Por ignorancia al no reconocer su identidad.
  • Por vergüenza y miedo ya que siempre hemos sido discriminados y por falta de conocimientos de nuestros propios valores.
  • Le dio vergüenza decir que era indio. No se tuvo autoestima. No se valoró a sí mismo.

 

Ronald tuvo temor:

  • A que se burlaran de él.
  • Porque era la primera vez que salía de su pueblo y se sentía tímido.
  • A tener represalias y ser burlado por considerar ser diferente…

 

Las personas a veces cambian su identidad,

  • Por inseguridad, conveniencia o interés.
  • Porque siempre se cree que el indígena es la persona menos preparada en todo sentido.

 

Una participante toma la palabra:

Ronald tuvo vergüenza a identificarse y tuvo miedo a la vez, porque lo iban a rechazar, porque era indígena y vivía en Curré. Él mintió… Sienten que una muchacha los va a despreciar por decir que soy indio y vivo en Curré… (que le van a decir) “estúpido”, o alguna cosa así, verdá? Las personas a veces cambian la identidad para aparentar lo que no son…

 

La identidad frente a los otros.
Respuestas del Taller de Jóvenes.

¿Por qué Ronald no dijo que era indígena?

  • Por temor, Por vergüenza, Por vergüenza a ser indígena y ser rechazado.

 

¿A qué tuvo temor?

  • A ser objeto de rechazo y burla, al sentirse una persona de segunda categoría.
  • A que lo despreciaran.
  • A sentirse marginado de los demás.

 

¿Por qué las personas a veces cambian su identidad?

  • Por interés personal
  • Porque piensan que somos menos que los demás.
  • Para creerse más que un indígena.

 

Uno de los grupos agrega el comentario:

Ronald no ha valorado su cultura, sus tradiciones, dado a esto Ronald siente temor o vergüenza.

 

En la pizarra se concluye que Ronald dijo que no era indígena, por las siguientes causas:

  • Vergüenza
  • Baja autoestima
  • Miedo al rechazo
  • Temor a que lo marginaran
  • Desconocía su valor cultural.

 

La identidad frente a los otros:
Inseguridad para expresarse.

Un comentario de doña Anita Rojas, relatora de Grupo 3 del Taller de Mujeres, se refiere a la inseguridad que sienten algunos indígenas para expresarse frente a personas que se supone, han estudiado:

 

Mis compañeras contestaron que Ronald tenía vergüenza, que no había valorado su autoestima, la autoestima de él mismo, de su cultura. A veces el temor de hablar con personas que son estudiados, a veces no tiene palabras para la seguridad de hablar, y a veces es cierto… por que, hasta yo misma me doy cuenta, que cuando no quiero hablar no hablo y nadie me hace hablar. Porque a veces digo palabras que tal vez voy a decirlas mal, pienso que no tuve más estudio, pienso que soy… no tengo esa… esa fuerza, como decir yo… sentirme que he estudiado, sentirme que soy una mujer que tengo capacidad para hablar, expresar palabras.

 

La manifestación de doña Anita adquiere mayor importancia por ser ella una de las mujeres más respetadas dentro y fuera de la comunidad, y por ser actualmente la presidenta del Comité de Mujeres de Curré.

 

La identidad frente a los otros.
Resumen.

La reflexión de ambos talleres arroja resultados bastante similares. Existe coincidencia en que Ronald manipuló su identidad:

 

  1. Por temor, miedo o vergüenza, para evitar el rechazo, la burla o el desprecio de parte del no indígena.
  2. Esto ocurrió por “sentirse una persona de segunda categoría”: supuso que “lo iban a rechazar porque era indígena y vivía en Curré”, porque los otros “piensan que somos menos que los demás”.
  3. En un segundo momento, de carácter autocrítico, los participantes al taller admiten que la negación de la identidad étnica es también producto de la “ignorancia, al no tener clara su identidad”, y ocurre por “desconocer sus valores culturales”, por no tener suficiente “autoestima” y no “valorarse a sí mismo”.

 

Observamos un sentimiento de marginación y subvaloración, asociado a la identidad étnica, lo que se produce como resultado de un efecto de espejo, derivado del contacto con la sociedad nacional y su percepción del indígena. Como indicara Cardoso (1992: 15) la identidad étnica se forja al interior del sistema interétnico y no solo de la etnia, como entidad aislada. La identidad étnica está “embebida” en la cultura de la sociedad mayor. Es influida por las relaciones estructurales de la etnia en su articulación con la sociedad en general y por la cultura de la sociedad nacional (Ver Cap. III).

 

Cambio cultural y tecnológico e identidad étnica

Uno de los aspectos que más preocupa a la sociedad curreseña es el de sus interacciones culturales con la sociedad nacional y la eventual pérdida de su identidad étnica, como resultado del cambio cultural y tecnológico. Este tema contiene varios aspectos, a saber: a) el cambio que se genera por la adquisición de pautas y valores foráneos de parte de los jóvenes residentes en la comunidad, b) la migración por causas laborales, fenómeno que acelera la adquisición de costumbres exógenas, c) necesidades de modernización de la comunidad de la comunidad. Este último punto es uno de los más controversiales dado que en medio de su miseria, en medio de su pobreza, Curré se plantea necesidades de modernización y a menudo se producen dudas y enfrentamientos, acerca de cómo integrar el cambio cultural y la tecnología, sin alterar su naturaleza indígena. Como me dijo una vez José Domingo Lázaro, maestro y director de la escuela, “cómo cambiarlo todo sin perder la identidad.” Cardoso de Oliveira afirma que en algunos casos el cambio cultural es posible sin que se produzca necesariamente la pérdida de identidad étnica, cosa que se observa claramente en grupos indígenas emigrados a las ciudades (Cardoso, 1992). Es en este contexto y para ahondar en esta problemática, que se planteó el caso que se analiza a continuación.

 

El caso de Alfredo.

Objetivo: El objetivo de este caso fue analizar la percepción hacia el cambio cultural y tecnológico, en torno al tema de la identidad étnica. Se toca también el tema de la migración.

El caso de Alfredo es el caso del indígena curreseño que ha salido de su comunidad, ha adquirido rasgos culturales de la sociedad no indígena, se ha integrado laboralmente, tiene acceso a la tecnología, pero mantiene vínculos emocionales con la comunidad y se presenta ante la sociedad no indígena orgulloso de su ancestro indígena. Las participantes al taller discuten entre otras cosas si Alfredo es aun indígena o no (Ver Diseño del Taller, Cap. III).

 

Cambio Cultural y Cambio Tecnológico.
Opiniones del Taller de Mujeres:

  • Yo digo que Alfredo sí es indígena, porque él no abandona su pueblo, no pierde su cultura. El se identifica, él ama su comunidad. Trabaja allá (en San José) pero siempre está recordando su comunidad… Viene a participar con sus… (familiares). Porque él valora su… (comunidad). A pesar de que es estudiado, a pesar de que maneja su carro, él valora los (ininteligible) y a la gente.
  • Sí es indígena, el pelo largo o los aretes no lo hacen cambiar su identidad, porque él manifiesta y se involucra en las actividades de (su comunidad).
  • No ha olvidado lo que es, no ha olvidado la cultura de él.

 

Una participante del taller, asegura que sí interesa la tecnología y la educación, pero que los indígenas tienen sus cositas “que son de antes”, y pide se respete la cultura y la identidad indígena. Esto no significa tampoco, que se les limite, se les niegue el conocimiento, para de este modo poder manipularlos “para allá y para acá”:

 

Tal vez por la Interamericana, ha habido que cambiar la forma de vestir, porque se han cambiado las casas… No es que a uno le guste vivir lejos del progreso, pero tiene sus propias cosas… Hay muchas casas de madera de las que se han traído de otros lados, pero a la par está el rancho, están las cositas que son de antes. No es que ser indígena tiene que ser andar con taparrabo, andar detrás de lo que no es educación, de lo que no es tecnología, es otra cosa muy diferente. Es que nos respeten como indígenas, que nos respeten la cultura. No (es) que se nos quiera limitar: que no aprendan nada, que no digan nada, que no entiendan nada. Menos molestan, los gobiernos se han dado cuenta de que entre menos sepan… menos bronca verdá? menos bronca. Más rápido los hacemos para allá y para acá…

 

Otra de las asistentes plantea el problema de las diferencias intergeneracionales y se queja de la intolerancia de algunos jóvenes de Curré hacia los mayores, cuando estos quieren conservar sus gustos y tradiciones:

 

Los muchachos nos dicen anticuados por el tipo de música que nos gusta… Es que eso es lo que a mí me gusta, yo no entiendo nada, yo no hablo inglés, yo no le encuentro sentido a eso, a ese artista y da ahí una discuta, ahí en la casa. Él dice eso es anticuado, esa es música viejita… y ¿de qué me sirve ser anticuada? ¡No puedo cambiar mi modo de ser¡ soy lo que soy… A nosotros sí nos encanta esta música, déjennos escucharla por lo menos. Cosas que si nos ponemos a dialogar con ellos…

 

No se produce en el taller un cuestionamiento a las modas o al aspecto físico de los jóvenes, especialmente si estos mantienen lazos de afecto e identificación con la comunidad, sus creencias y sus costumbres. No obstante eso, las palabras de esta última participante del Taller de Mujeres, encierran una queja ante el irrespeto de algunos jóvenes hacia la forma de ser de los mayores.

 

Cambio cultural y tecnológico.
Opiniones Taller de Jóvenes.

En su trabajo en grupos los jóvenes consideraron que “Alfredo” sí es indígena porque

  • Se interrelaciona con su cultura (tradicional).
  • Resalta el valor cultural de su etnia a través de la artesanía que se lleva.
  • Reconoce su identidad y se enorgullece de ella.
  • A pesar de su profesión nunca se olvida de su pueblo y sus costumbres.

 

Otros agregaron en sus participaciones orales individuales, lo siguiente:

  • Alfredo siempre vive lo que vive su comunidad, siempre lleva eso.
  • Lo que se llevó nunca lo perdía.
  • Lo llevó y lo comunica a otras personas.

 

Finalmente uno de los participantes expresó a modo de cierre:

 

Necesitaríamos de personas calificadas que conozcan y que nos puedan aclarar muchas dudas… como ahorita los jóvenes tenemos. Es muy claro que el ser indígena se pierde acá, en este proceso. Ahí es donde más peligro hay de que uno opte por otras culturas y otras tradiciones, tratando de ocultar lo nuestro…

 

Cambio Cultural y Cambio Tecnológico.

Resumen.

  1. Ni las mujeres ni los jóvenes cuestionan el cambio en las modas y el aspecto físico, que adquieren algunos indígenas (el caso de Alfredo) en su estancia fuera de Curré, como tampoco el uso de nuevas tecnologías.
  2. Es más relevante el hecho de que conservar una actitud de identificación y pertenencia con la comunidad, que se expresa en sus manifestaciones de carácter valorativo, en la declaración pública de su identidad y en mantener relaciones vivas y cordiales con los miembros de la comunidad.
  3. Estas actitudes son sancionadas positivamente, por los participantes al Taller, con frases como: no abandona su pueblo, se identifica, ama su comunidad, se involucra, no ha olvidado, se interrelaciona, reconoce, se enorgullece, lo que se llevó no lo ha perdido y lo comunica a otras personas.
  4. Es posible el cambio cultural y tecnológico, siempre que se respete la identidad indígena y no se pretenda su manipulación.
  5. Los mayores cuestionan la intolerancia de algunos jóvenes respecto a sus gustos y forma de ser.
  6. Los jóvenes, consideran como un valor el hecho de que “Alfredo” conserve su identidad indígena y mantenga viva su relación con la comunidad, aun en medio de la migración y el cambio cultural.
  7. Los jóvenes reconocen expresamente que tienen muchas dudas y necesitan la colaboración de “personas calificadas que nos puedan aclarar”.

 

Taller de Varones

Resultados.

“Dichosamente somos bruncas,
aunque solo tengamos un dedo en el cuerpo,
pero somos bruncas”.

Daniel Leiva.

En las siguientes páginas hemos tratado de rescatar, íntegro, el diálogo sostenido por los participantes al Taller de Varones. Se ha tomado esta decisión porque el taller tuvo las características de un diálogo continuo e intenso, donde se da a conocer de una manera vivaz, el pensamiento de este grupo de curreseños, sobre una serie de temas esenciales para esta investigación. En ellas se profundizan aspectos ya planteados en los Talleres de Jóvenes y Mujeres, sobre el tema de la identidad étnica en Curré, identidad y mestizaje, identidad y desarrollo, identidad y confrontación interétnica, y se proponen otros nuevos como identidad y resistencia:

 

¿Existe una identidad étnica en Curré?

  • El dolor de lo perdido.

Apenas iniciábamos la reflexión sobre el concepto de identidad étnica en Curré, cuando Carlos Rojas y Marino Leiva, toman la iniciativa para plantear un tema que les preocupa y es la desaparición de la lengua tradicional, como signo de debilitamiento de su identidad étnica boruca. “Escuchemos” sus planteamientos:

 

Carlos Rojas:

En eso de (ser) Bruncas nosotros estamos muy quedados… conocimos un guaymí y se destapó a hablar… dice, esta es mi lengua. Ahora díganme el brunca ustedes. No, nosotros no sabemos nada (respondimos). ¡Entonces no tienen nada¡ (Contestó el guaymí).

 

Marino Leiva

Es como una indignación que se siente. No haya uno como justificar eso. Los guaymíes, mantienen su lengua, nosotros medio hablamos el español. Es algo lamentable. Siempre he dicho eso… ¿A quién echar la culpa, ahora, a estas alturas?

 

Uno de los rasgos presentes en el sentir de los curreseños es el “dolor de lo perdido”. Es el dolor, e incluso un cierto pudor, al sentirse desprovistos de algunos rasgos marcadores de su identidad indígena. Para algunos “mayores” es motivo de angustia, presentarse ante la sociedad nacional y ante otros grupos indígenas, sin portar consigo los distintivos culturales de la identidad. Ya en el Taller de Mujeres, una participante lo había planteado así:

 

Anita Rojas:

Yo he ido a San José… ¿Vos sos india? Sí, soy india… Diga algunas palabras netamente suyas, de ser indios ( Se refiere al uso de la lengua Boruca). No sé muy bien, no puedo hablar así, decir las palabras que nuestros abuelos sabían muy perfectamente hablar su lengua, pero sí algunas palabras, más o menos, puedo decir en la lengua nuestra… Y eso a veces uno está segura de decir. Bueno, yo soy india, pero no puedo hablar como antes los abuelos hablaban, su… propiamente su… su identidad. Nadie les iba a entender lo que hablaban, lo que ellos decían, lo que ellos conversaban. Tal vez hasta hablaban de otra persona y no se daba cuenta uno. Esas cosas a mí, a veces me hacen sentirme mal, porque… porque no las tengo… y siendo india. Digo, soy india, claro, pero …

 

El dolor de lo perdido, es el dolor de ser indio y no poder expresarlo con toda la fuerza de su cultura. Sentirse rechazados por ser indios, y sentirse rechazados y cuestionados por no tener el acervo cultural de sus mayores. Y sentir esto como una culpa. Estas intervenciones permiten ver la trascendencia que ha tenido en esta comunidad la pérdida de la lengua tradicional, y lo mucho que echan de menos este rasgo como identificador cultural. Este aspecto socava fuertemente la identidad. El comentario de Anita, expresa lo mucho que echan de menos algunos borucas de Curré, la vigencia de su lengua, como marcador de identidad.

Ya en otro momento Marino me había expresado su preocupación cuando, en su labor como artesano, se encuentra en diversos sitios con los guaymíes y en ese contacto con el “otro”, en este caso con otra etnia indígena, constata que Curré no tiene un traje tradicional que identifique su etnia, tal y como ocurre con los guaymíes.[4] Este mismo tema se tocó en el taller de mujeres, pero no se desarrolló en ese taller. Sigamos “escuchando” este diálogo aleccionador.

 

Don Cristino:

La escuela ha tenido mucho que ver en la pérdida de la lengua, las leyes de educación pública. Yo no me avergüenzo porque no sé el idioma. Yo justifico por el modelo que se dio de parte del Gobierno… Yo me nivelé con lo que mi padre me enseñaba. Pero en este momento nada se ha perdido: todavía tengo una historia, todavía tengo raíces. Yo no tengo la culpa de que no la hablo.

 

Marino:

Estamos mal en ese campo de la identidad indígena. Estamos sobre dos vías de comunicación: el río Térraba y la carretera. Esta Interamericana nos ha traído cosas muy positivas y desventajosas… Se dejó de viajar por el Térraba y se ha perdido mucha identidad, en lo que es la cultura, en lo que es la tradición, el vestir. Con la Interamericana se dio el mestizaje, se cruzó la india con el blanco. No sé hasta dónde será cierto. ¿Qué influencia tuvo la Interamericana?

 

Daniel Leiva:

La resistencia como identidad.

En esta significativa reflexión, Daniel Leiva, uno de los más importantes líderes de Curré, plantea la resistencia como esencia misma de la identidad. No importa lo perdido: mientras Curré siga resistiendo, seguiremos siendo bruncas.

 

No culpemos a nadie (por lo que hemos perdido). Si nosotros reconocemos la identidad, tenemos un buen logro. Desde que llegaron los españoles han venido buscando muchas estrategias de cómo eliminarnos, y una de las estrategias es pasar la Carretera Interamericana en medio pueblo.

El ideal de la economía es ver al indio metido en una visión de desarrollo. Posiblemente nos ven en una economía totalmente atrasada… Creo que es una tentación que nos dan a nosotros. De ahí es donde viene que nos han acribillado, nos han bombardeado fuertemente con el desprecio. Y eso hizo creer a nuestros antepasados que lo que teníamos no era de valor. Es así que ahorita los que estamos aquí, pensando, los que estamos aquí ideando, no somos guerrilleros, pero estamos tratando, en como resistir y reconocer todas aquellas cosas que realmente se nos han ido…

(Esas cosas, – tradición, cultura, lengua -) no se han ido por culpa de los pasados. La venida de Cristóbal Colón, llegó a aquí a hacer masacres. Y aquí ahorita hay masacres. Y en este momento la masacre de Cristóbal Colón está en Rey Curré, después de quinientos años. Son luchas que estamos dando. Ya nos quitaron una mano, pero somos indios. Nos están quitando el idioma, pero somos indios. Eso quiere decir que sí somos bruncas. Dichosamente somos bruncas, aunque solo tengamos un dedo en el cuerpo, pero somos bruncas.

 

Don Cristino Lázaro:

¿Cómo voy a decir que si mi padre era Juan de la Cruz Lázaro, lo voy a odiar…? La identidad, entiendo, es todo lo que dice mi cédula: Que era Lázaro mi padre, que era Rojas mi madre, que era Lázaro mi abuelo… que eran Lázaro. Era toda una descendencia. Es que yo no caí aquí de… de… así en el aíre. Entonces yo respeto, desde mis antepasados, muy antepasados, yo vengo de ahí. Yo llamo así a reflexionar. Nuestra cédula nos condena que no podemos cambiar, porque dice el apellido, dice quien es tu padre, dice… una serie de cosas.

 

Creemos que la respuesta a la preocupación inicial, en cuanto a si existe o no identidad étnica, pese a la pérdida de la lengua tradicional, está dada por Daniel Leiva, cuando interviene para decir: “no echemos la culpa a nadie, si reconocemos la identidad tenemos un buen logro (…). Dichosamente somos bruncas, aunque solo tengamos un dedo en el cuerpo, pero somos bruncas”. Se plantea en esa participación uno de los elementos esenciales de la identidad étnica de Curré, que no estaba en nuestra perspectiva y es la resistencia indígena. “No somos gerrilleros pero estamos tratando en cómo resistir…” En el planteamiento de Cardoso este aspecto no está del todo ausente, porque propone que la confrontación interétnica es esencial de la identidad, pero aquí la resistencia tiene un carácter ontológico, luchar para no dejar de ser, y además político, enfrentar la dominación étnica y cultural, con la particularidad de que en ese enfrentar está el ser. Se resiste para ser, pero se es resistiendo. La resistencia asume visos de esencia de identidad. Esta particularidad de la identidad étnica se relaciona con la dimensión activa de la definición, que se dio en el Taller de Mujeres en donde ser indígena era una función verbal, no un atributo, ni una cualidad pasiva: no bastaba con ser curreseño, era necesario “servir” a la comunidad, no es suficiente ser portador de la cultura, se requiere “valorar” los principios culturales, y así sucesivamente.

 

Identidad y mestizaje en Curré.

Análisis del caso de Juana.

El caso de Juana (se expuso antes), es el de una joven curreseña, que participa en todas las actividades comunales, disfruta contando leyendas tradicionales a sus hijos y organiza la fiesta tradicional de los diablitos, trabaja en artesanía, pero es hija de madre indígena y padre no indígena. La pregunta es, Juana, ¿es indígena?

 

Reconozco mi sangre, reconozco mi tierra, reconozco mi hogar.

Uno de los participantes al taller es mestizo, toma la palabra y hace esta significativa reflexión:

 

Domingo Leiva:

La persona que tiene sangre indígena y no indígena, pero reconoce que lleva sangre indígena, me parece a mí que reconoce su propia sangre. Yo lo digo porque mamá es india legítima, pero yo tengo sangre indígena con otra sangre. Pero yo siempre reconozco mi sangre, en cualquier parte, porque yo llevo sangre indígena. No importa que yo lleve otra sangre. Reconozco mi sangre, reconozco mi tierra, reconozco mi hogar, donde yo nací. Porque yo pienso que la persona que lleva sangre no indígena, si reconoce que lleva sangre indígena, reconoce que es parte de los indígenas.

Yo he ido a trabajar afuera a otra parte y me han dicho, usted es nicaragüense?? Yo saco mi cédula, yo soy tico, soy indio. Yo reconozco que soy indio, crecí descalzo, anduve jalando una jabita, yo viví esa cultura y esa cultura no la puedo olvidar, siempre le digo a mi familia, a mis hijos: Es lindo cuando uno conoce la cultura de uno.

 

Rodolfo Rojas:

Considero que si una persona, mestiza, aunque no tiene una identidad propia, pero si se autorreconoce como indígena, defiende toda la tradición, que todas las costumbres, tradiciones, historias, tiene pertenencia, lo demuestra con hechos, con esfuerzo por la comunidad, no se avergüenza de nada, esa persona es india, se puede considerar india, aunque no lo sea propiamente.

 

Hasta este punto los participantes concuerdan en que una persona que viva en Curré, puede considerarse indígena, aún cuando uno de sus padres no sea indígena. El siguiente participante expone la tesis de que, es la sociedad en que se desarrolla la persona, la que define la identidad étnica del mestizo. La reflexión es la siguiente:

 

José Domingo Lázaro:

Yo supongo que si una persona tiene sangre india y vive en otra cultura que no sea india, posiblemente va a ser una persona no indígena. Es la sociedad quien hace que se forme esa persona. Si se forma en una sociedad indígena, probablemente sea un indígena más, pero si a Domingo el papá se lo hubiera llevado a vivir a la sociedad de ellos, probablemente sea un no indígena. Si se forma en una sociedad no indígena, posiblemente esa persona sea un no indígena más, pero si esa persona se queda en la comunidad va a ser indígena. La sociedad hace que uno se forme en el ambiente en que uno está.

 

Daniel Leiva:

Pone el ejemplo de varios mestizos de Curré y Boruca que promueven la cultura indígena y concluye que:

Si una persona participa, se reconoce por la comunidad y acepta su sangre india, (aunque sea mestiza) es india…

 

Cristino Lázaro:

Hay que incluir una mirada y una reflexión al pasado, pero no vamos a vivir en esto. Hay que mirar al pasado para ordenar el futuro.

 

Hasta dónde puede continuar el cambio cultural, sin que este se convierta en cambio de identidad. Esa es la pregunta que plantea Hugo Lázaro:

 

Hugo Lázaro:

Pensando a futuro. La sociedad curreseña ahorita está en una etapa de transición, bombardeada por montones de elementos, campaña publicitaria, las modas, los pantalones anchos, la faja colgando, el arete, el pelo corto, que eso no le resta mérito a la cultura. Siempre tomo por ejemplo a los gitanos, no tienen ni tierra, pero donde hay un gitano se acabó, nadie lo niega. Un solo gitano (ha Curré han venido), se reconoce, tiene los elementos propios de la identidad…

 

El problema es a futuro. Mi pregunta es: si dado que todo está cambiando, yo puedo tener dos carros, un helicóptero, una casa de dos pisos, Internet, televisores y otras vanidades materiales y dentro de mí seguir siendo indígena, comportándome como un indígena, trabajando por la causa indígena, y trabajando con los compañeros de la comunidad. Yo me imagino que una persona así, sigue siendo indígena. Ahora bien, que pasaría si no una, sino todas las personas, se elevan a ese mismo nivel. Si llega el desarrollo material y todo va cambiando. Cuando las condiciones sean diferentes y todos tengamos una forma de vida diferente a la actual, pero sigamos creyendo que somos indígenas… la pregunta es ¿seremos indígenas en ese momento?

 

En resumen:

Nuevamente la respuesta de la comunidad ha sido categórica con respecto a los mestizos: son ellos los que deciden su identidad. La comunidad los acepta. Como dijera don Domingo Leiva, soy indio porque “reconozco mi sangre, reconozco mi tierra, reconozco mi hogar” y solo basta que la persona participe de la comunidad y sus valores, sea reconocida por los demás y acepte su sangre, para ser india. Un nuevo factor se ha puesto sobre el tapete en este taller: Es la sociedad donde la persona se forma, la que con más fuerza orienta la definición de identidad étnica del mestizo. La pregunta que ha planteado Hugo confronta el desarrollo y la identidad étnica, tema que se profundizará durante el análisis del siguiente caso.

 

Identidad, desarrollo y cambio tecnológico.

¿Es esto posible?

  • Análisis del caso de Alfredo.

El caso de Alfredo es el caso del indígena curreseño que ha salido de su comunidad, ha adquirido rasgos culturales de la sociedad no indígena, se ha integrado laboralmente, tiene acceso a la tecnología, pero mantiene vínculos emocionales con la comunidad y se presenta ante la sociedad no indígena orgulloso de su ancestro indígena. Los participantes al taller discuten entre otras cosas, si Alfredo es aun indígena o no.

 

José Domingo Lázaro

Es en la infancia cuando se adquieren las bases de una sólida identidad étnica:

El problema de estar conviviendo con las dos sociedades… la no indígena y la indígena. Una cosa muy importante es que desde niños, si no existe una formación familiar… Si yo al chiquito lo crezco en una forma en que (aprecie su cultura). Entonces probablemente ese niño, aunque tenga contacto con otra cultura, …es indígena de por vida.

Ya cuando somos adultos es más difícil. Si no tenemos una formación desde pequeños, quiénes somos en ese momento, ya en la juventud nos va a costar decidir, ya ahí va por necesidad, cuál es el que me favorece más. ¿Para dónde cojo yo? Porque necesito irme para donde me pegue más el sol. Pero si desde pequeño, la formación familiar… aunque sea un 75 % de sangre no indígena, ese niño va a crecer todo el tiempo siendo indígena. Si la formación cultural del muchacho es la de reconocer el valor cultural de ser indígena, a donde esté, siempre va a ser indígena, aunque sea un profesional. Veamos un ejemplo clarísimo: Franklin Chan Díaz esté donde esté, esté en el espacio o en Marte, es costarricense, él manifiesta su identidad costarricense.

Si a él le hubieran enseñado que ser indígena era algo vergonzoso, no sería igual. Todo el tiempo va a estar con la vergüenza de ser indígena.

 

Daniel Leiva:

Comunidad e identidad étnica: vivir la comunidad, sentir la comunidad.

Hay dos cosas que me preocupan, de ese ejemplo del indígena que vive fuera de la comunidad (Caso de Alfredo). Si estamos tocando el futuro, a futuro eso trae consecuencias, porque si no vivimos en la comunidad no podemos sentir. Un hijo de un profesional curreseño, en Estados Unidos, siendo indio, si no vive la comunidad, no puede sentir las necesidades de un Territorio y de un pueblo, va a ser de otro ambiente. En su proceso, esa identidad se va a perder como indio.

 

Esta intervención está tocando un aspecto medular. Difícilmente puede prosperar la identidad por más de una generación, si no hay una comunidad que sirva de apoyo: “sin una comunidad no podemos sentir…” Este es un problema que tiene mar de fondo en el caso de Curré, comunidad que experimenta una migración acentuada. ¿Qué pasa con los muchachos que se tienen que ir de Curré ante la ausencia de empleo en la región? Especialmente qué pasa con sus hijos, cuya formación se da fuera de la comunidad indígena.

 

Hugo Lázaro:
Un Curré con desarrollo tecnológico, es posible.

Se ocupa pueblo, la gente y se ocupa territorio, vínculo para establecer una forma de vida, una cultura. Volviendo al ejemplo del muchacho, pienso que Alfredo sí es indio, se siente perteneciendo a esa comunidad. Lo vemos raro porque está solo. Pero si hubieran cincuenta igual que él, se hace la comunidad ahí mismo. Si fueran varios se haría la comunidad.

Podría ser un Curré diferente con desarrollo tecnológico. Yo defiendo la tesis de que la identidad no se pierde con el desarrollo. La cultura y el desarrollo pueden ir de la mano. Me gustaría erradicar eso, que la gente piense que para ser indio hay que andar en taparrabo. Que para ser indio hay que andar borracho, … estar solo en la hamaca. Son rasgos sí, y son debilidades algunas, y otros son valores muy fuertes, pero debemos ir seleccionando lo que nos conviene y cultivando lo que le conviene a la comunidad.

 

Daniel Leiva:
Cambio cultural sin perder la identidad. Un caso.

Estoy de acuerdo con Hugo en que la comunidad puede desarrollarse, pero ya una persona que sale de aquí, se va, que es el ejemplo, (caso de Alfredo) Yo creo que la comunidad va a perder. Ese es el cuestionamiento que yo hice. Pero con respecto a tener un Curré como el que dice Hugo… En el año 1985 tuve la oportunidad de visitar una reserva indígena estadounidense, esos carajos eran mechudos, aretudos, calzonudos, (bromas y risas de todos) pero tenían una universidad, los profesores eran indígenas, practicaban sus cultos, actos culturales, salían de clase en carro… se quitaban la corbata y se ponían los trajes tradicionales, y se ponían a compartir con los alumnos y sus papás, la ceremonia que se estaba haciendo.

 

Santos Rojas:
Los curreseños emigrados y la identidad étnica de sus hijos.

Yo tengo mi ejemplo con mis hijos. Yo no comparto la leyenda del joven (Alfredo). Para mí, es como que más bien está humillando a los compañeros. Porque yo tengo un hijo de treinta y tres años, ya tiene dos niñas, y cuando este año me dijo a mí que la chiquita le está pidiendo computadoras, cosas así, cosas nacionales, ¿verdá?… Y mi hijo se fue muy pequeño, no compartió nada con nosotros aquí, y ¿cuál es el ejemplo que él le puede enseñar a las hijas? Vean esto, porque viven en la capital. Si las llegan a traer aquí, a ver Curré, más bien lo que hacen es que se pueden asustar, las niñas. Porque dicen: ¿papá qué es esto? Entonces yo no comparto ese joven Alfredo, del ejemplo, que tiene su carro, computadora, etc. Bienvenido, pero ya no comparte, como indio…

Cuando mi abuelo… los hijos de nosotros pedían una muñeca y lo que se les daba era un pedazo de balsa y ellos jugaban tranquilos. Y si eran niños se les daba un botecito de balsa. Y por qué esta mi nieta, que es de un hijo mío, está en la capital, y está pidiendo una computadora. ¿Eso va a creer que viene a compartir aquí …? Para eso tiene que estar y vivir aquí. Por eso yo digo, que en mi conciencia, yo no comparto con lo que está diciendo eso (Se refiere al ejemplo de Alfredo).

 

Carlos Rojas:
Los niños que crecen aquí, aprecian más la tradición.

Yo pienso que esto es un proceso que hoy damos como iniciado. Tengo una experiencia propia. Estuve diez años afuera. Tengo varios hijos de diferente tamaño y hago una comparación entre los que están mayores y los que están en la escuela, aquí. Me enorgullece mucho los chiquillos, los menores… Les interesa bastante la artesanía, se han mentido bastante en la lengua materna. Hay que agradecer a los maestros… Hago una comparación de los cuatro chiquillos con los otros tres, que se me desarrollaron allá.

 

Hugo Lázaro:
Podemos cambiar sin dejar de ser indígenas.

No me mal interpreten cuando digo que un indio con muchas comodidades, puede seguir siendo indio, sin desprenderse de sus valores culturales, de su identidad. No me mal interpreten que yo estoy diciendo que hay que cambiar la sociedad. Las sociedades van cambiando de acuerdo a sus necesidades, de acuerdo a todo el ambiente. Decíamos que hace 500 años aquí no se conocía el arroz. Bueno, ya conocimos el arroz y ya es nuestro. Dentro de 100 años la computadora va a ser una máquina vieja, obsoleta, que no sirve para nada, y ya nosotros más bien la botamos, como indios. Ya más bien estaremos pensando en una nave extraterrestre, seguro. Pero mientras sigamos siendo indios, mientras estemos como ahora, mi pregunta es: ¿es que es malo que cada uno venga en su Pathfinder, lo deja ahí y se va para su rancho, a contar sus cuentos, oír su música tradicional, tomar su chicha… ¿solo porque se montó en un carro deja de ser indio?? Yo creo que no.

Yo sostengo la tesis de que el desarrollo y el indigenismo ( se refieres a la identidad étnica) no chocan. El problema es cuando nos imponen cosas. Cuando yo la uso (la computadora) porque la ocupo para trabajar, cuando yo la ocupo para vivir bien, está bien… pero cuando me la imponen, ahí sí estamos mal.

 

Domingo Lázaro:
Algunos indígenas se hacen profesionales y no rompen su nexo con la comunidad.

Probablemente él las crió con esos valores. En el ejemplo que pone Santos, probablemente no han compartido, no se ha llevado el proceso que debería llevarse… Otro ejemplo más claro, Severiano Fernández, bribrí y cabécar, habla las dos lenguas, es director de un departamento del Ministerio de Educación Pública, profesor de la UCR profesor de la UNA, casado con una profesora de la UCR, ha enseñado a su familia a respetar su tradición a “respetar los dos mundos” dice él. Entonces las hijas ya hablan el bribri… Ellas le pidieron que les enseñara… vienen y conversan en cabécar con las abuelitas. Les hace falta, sí, el elemento importante que es la tradición, pero ese elemento se puede incorporar después, conforme se logre que se tenga la pertenencia. Porque los muchachos que se van dejan de pertenecer a la comunidad, olvidan la comunidad…. tenemos un ejemplo claro… R.. es un muchacho que se fue de aquí, nunca más en la vida volvió a la comunidad. Perdió la comunidad, se desintegró de la comunidad totalmente. Tenemos muchos ejemplos y sigo insistiendo. Si no hay formación en el seno de la familia, acerca de qué somos y qué tenemos que compartir, no hay nada …

 

Marino Leiva:
Dos tipos de indígena: el legítimo y el moderno.

Realmente debemos hacer dos grupos, en cierto caso: eso se da en todas partes. El legítimo pueblo indígena, muy indígena, muy común, como yo. (…) Una cosa es un indígena pobre… hay que pedir la definición, qué es un pueblo indígena, y otra definición de un indígena estudiante. Desde luego que el indígena estudiante, como hay muchos aquí que han salido ya, promueven el sistema moderno, computadoras. Etc etc. Pero hablemos de dos tipos de indígenas. El indígena real boruca, nuestro, aquí, y el indígena que anda en otras cosas, metiéndose en lo moderno y otras cosas. Yo pienso que tienen que ser dos grupos. Una cosa es que usted le pregunte a un indígena que está aquí en la comunidad y conviva sus cosas y otra cosa es que le pregunte a un indígena que está ahí afuera. En lo moderno, en lo que es computación, en lo que es avance. Entonces, quiere decir que es un asunto tan complicado, que debemos definir en dos partes: el verdadero indígena autónomo y el indígena que anda allá, navegando allá,… en lo moderno.

 

Daniel:
No dividir

Quieren dividir dos grupos: indio profesional e indio que no es profesional. Yo creo que no, en esa línea debemos ser todos indios. Que hay diferencias es cierto. Diferencias en cómo queremos desarrollarnos.

 

Identidad desarrollo y cambio tecnológico:
Resumen.

Algunos participantes son de la idea de que la identidad no se pierde con el desarrollo. “Podemos cambiar sin necesidad de dejar de ser indígenas”. “Es posible un Curré con desarrollo tecnológico.” Se pone el ejemplo de grupos étnicos norteamericanos que pese a disfrutar de educación y adelantos tecnológicos no pierden sus tradiciones. Un concepto que se plantea aquí, y que nos parece importante para quienes realizan trabajos de cambio cultural en comunidades indígenas es el de que “las sociedades van cambiando de acuerdo a las necesidades” pero “el problema es cuando nos imponen cosas”.

Por lo que hemos percibido en esta comunidad, uno de los obstáculos más serios a cualquier cambio es lo que ellos llaman el “irrespeto” y consiste casualmente en la realización de cualquier evento sin el consentimiento de la comunidad. La dificultad para lograr este consentimiento estriba, casualmente, en que no existe una visión única, hasta el punto de que alguno de los participantes, habló de dos tipos de indígena: el legítimo y el moderno, o bien, como sugirió otro en un afán conciliador, estas son “diferencias en cómo queremos desarrollarnos”, esto es, diferentes actitudes hacia el desarrollo.

 

Identidad y Migración

Del análisis de este caso de “Alfredo”, se han derivado también algunas conclusiones y apreciaciones respecto al tema “identidad y migración”. Se admite que algunos indígenas se hacen profesionales, salen de sus comunidades y no rompen su nexo con estas. Esto ocurre cuando en la infancia se adquieren bases muy sólidas de identidad étnica: Si no tenemos una formación desde pequeños, la decisión de qué camino seguir se toma por conveniencia. Sin embargo, la identidad étnica de los emigrados es difícil de garantizar, porque “si no vivimos en la comunidad no podemos sentir …” y la persona se pierde como indio. Este riesgo lo corren especialmente los hijos de los emigrados, porque si sus padres salieron muy jóvenes de Curré, ¿qué les van a enseñar a las nuevas generaciones que crecen en “la otra sociedad”? En una misma familia, los niños que crecen aquí aprecian más la tradición y demuestran más identificación, que los que han pasado tiempo fuera de ella.

 

Negación o manipulación de la identidad étnica

La identidad frente a “los otros”. El caso de Ronald.

Este caso, relata lo acontecido a un joven curreseño de 16 años recién llegado a San José, quien conoce a unas muchachas en un bus, y cuando estas le preguntan de dónde es, contesta que de Pérez Zeledón, negando su comunidad y su identidad étnica. La pregunta es: Por qué actuó de ese modo (Ver Diseño del Taller, Cap. III). Las reacciones del grupo fueron las siguientes:

 

Hugo Lázaro:
Desconocimiento y falta de formación, son la base del problema.

¿Qué es la vergüenza? ¿Por qué ese temor al desprecio, al rechazo a ser indio? Yo conozco muchachos de boruca que andan con el pelo largo y en San José les preguntan de dónde son y dicen, de Boruca y de una vez: ¿Cuándo va a “jugar diablo” con nosotros? Es que es diferente la mentalidad. Han sido formados, han sido crecidos en otro ambiente. Su familia, su tradición, su forma de vida la ha traspasado, no le ha ocultado que es indio y que cultive su forma de vida, sino más bien lo ha incentivado a prosperarlo cada vez más… Pienso que una persona debidamente formada, educada, profesional, con menos razón debería esconder su raíz, su identidad. Tal vez se encubre por desconocimiento, por falta de formación. Algunos tratan de camuflar su identidad tratando de pasar como de otra cultura. En esto hay un problema de formación. Tengo mi chiquita, yo incluso le traigo ropas de Guaymí… (Y dice riendo) Si no le gustó, de una vez póngaselo, para que sepa adónde está metida. Ah, pero igual puedo llegar a comprar una ropita de… de otro tipo, ¿verdá? Formar la persona para que ponga los pies en la tierra. Sepa donde está ¿verdá? No tenga vergüenza y ande en la calle después negando su propia identidad.

 

Daniel Leiva:
Son dos cosas: el desprecio y la pobreza.

Lo que le pasó a Ronald se debe a dos cosas: por la situación socioeconómica y por la situación de desprecio de la sociedad. Entonces desde ahí hay que evaluar… Esto, lo de Ronald, nosotros lo vivimos porque nos están exigiendo, nos apenan. Nos acompleja la situación económica, creemos que somos inferiores. Compañeros, si un indio es pobre, un blanco es pobre. Yo he visto blancos, ser pobres pero pobres… Yo he visto un blanco más pobre que yo. Más pobre que yo. Yo debo pensar si yo me valoro, en la situación que estoy y hacia adónde voy y qué quiero ser.

 

José Domingo Lázaro:
No separemos tradicionales y “modernos”.

Marino nos está dividiendo el pueblo. Los tradicionales y los otros. Siento como que nos seguimos retrasando nosotros, más bien. Mantenemos solo lo que es autóctono de aquí y los que andan allá, que hagan su mundo aparte: yo siento que no. Me metí yo ahí… Significa que si yo soy un profesional, posiblemente yo ando “navegando” aparte y la comunidad tengo que dejarla quedita, ¿verdad? No van a compartir por mi parte la formación que yo obtuve. ¿Verdad? Y no, más bien es al contrario, en este momento más bien, estoy devolviendo muchas cosas que la comunidad me dio a mí. Para mí es más bien alentador saber que estoy compartiendo muchos conocimientos que adquirí en otra sociedad, muy diferente a la de aquí, y que un señor que sea autóctono de aquí, sienta cuáles, algunos otros problemas de aquella otra sociedad que le enseñe o comparta uno, para que el día de mañana no le pasen a él también, precisamente para que se defienda, y con más orgullo diga, soy de Curré. Entonces yo siento que es mejor no dividir, sino aprovechar a las personas que quieren ayudar, sacar ese conocimiento para que la población comparta y viva y conozca aquel otro mundo, que tal vez no conocemos.

 

Marino Leiva:
El indígena “informado” conserva mejor su identidad.
El indígena desinformado regresa negando su identidad.

Una cosa es un indígena informado y otra cosa es un indígena desinformado. El gran problema es que cuando un indígena de aquí salga, esté desinformado. Pienso que este tipo de talleres es muy importante dentro de las comunidades. El indígena muy informado, que ha estado en talleres, etc., puede irse para estados Unidos, o para cualquier ciudad, y viene siempre como indígena. Desgraciadamente el indígena que sale de aquí, se va desinformado. Se va a San José y cuando viene, con pantalones llegando a la rodilla, con aretes, con un montón de cosas … Hago entonces la diferencia entre el indígena informado y el desinformado. Va a venir con otra apariencia y negando incluso su identidad.

 

Hugo Lázaro:
Aprendamos a vivir con el rechazo.

El caso de Ronald está marcado porque la sociedad expulsa a quienes no son de ella. El indígena probablemente rechace al blanco. El blanco probablemente rechace al indio. De ahí que Ronald sienta vergüenza de aceptar que es indio. Pero eso lo encontramos todos los días. Cuando uno sale, cuando ustedes salen, cuando las señoras y las muchachas salen, les da pena.

Yo conozco muchachas de aquí, indígenas muy bonitas, pero que cuando salen a Buenos Aires andan escondidas, andan… indias. Yo les digo: ríase, usted se ríe bonito, ¡hable¡ ¿No va a comer a un restaurante porque se le cae el tenedor de la vergüenza? No. ¡Coma¡ ¿Se le cae el tenedor? Se echa una risa y recoge el tenedor.

Yo, cuando viajo a San Isidro todas las semanas, yo siento el rechazo. Pero le saco el lado positivo. Yo voy en el bus y digo: ¡la ventaja de ser indio¡ entonces me tocan dos asientos a mí, por que nadie se sienta conmigo (Risas de todos) Solo que vaya muy lleno entonces se sientan. Hay que sacar el lado positivo al rechazo.

 

José Domingo Lázaro:
La sociedad “blanca” está mal informada.

No solo nosotros estamos mal informados, es toda la sociedad la que está mal informada.

 

José Domingo, quien es Director de la Escuela de Curré, cuenta una anécdota. Un funcionario del Ministerio de Educación entra a una oficina, donde se le había informado que había unos indios, los encuentra y pregunta: ¿Adónde están los indios?. José Domingo explica:

 

Habíamos ocho indígenas presentes. Seguro esperaba vernos con taparrabo y una pluma grande. Y agrega: La otra sociedad está más mal informada que nosotros.

 

Negación de la identidad étnica frente a “los otros”.

Resumen

Las causas de la negación de la identidad étnica frente a “los otros” son tres: el rechazo de la sociedad nacional hacia el indio, pobreza de las comunidades indígenas y falta de formación y valoración de su propia cultura por parte de los indígenas. “Nos sentimos apenados por la situación socioeconómica y por la situación de desprecio de la sociedad. Nos acompleja la situación económica, creemos que somos inferiores”. Pero se admite que “una persona debidamente formada, (…) con menos razón debería esconder su raíz.” El indígena que no se ha formado debidamente sale de su comunidad y regresa “con otra apariencia y negando incluso su identidad”. Es por eso, aseguran, que hay que formar a las personas de modo “que cada uno ponga los pies sobre la tierra y sepa donde está”. Aseguran que es mejor aprender a vivir con el rechazo porque la sociedad siempre expulsa a que quienes no son de ella. Es por eso que los indígenas sienten rechazo y reaccionan con vergüenza. Consideran que no solo algunos indígenas, sino también la sociedad “blanca” está mal informada. Algunos esperan vernos con taparrabo y una pluma grande. “La otra sociedad está más mal informada que nosotros”.

Se subraya la importancia de no crear divisiones entre los indígenas tradicionales y los que han estudiado, porque de este modo “nos seguimos retrasando”. Es mejor dar la oportunidad para que estos indígenas puedan devolver a las comunidades lo que la comunidad les ha dado y puedan compartir la formación que han obtenido. Ellos pueden contribuir a que la comunidad indígena conozca mejor refiriéndose a la sociedad nacional.

Las reiteradas referencias a “la otra sociedad” o a “aquel otro mundo” para referirse a la sociedad nacional, hacen evidente su conciencia de otredad, de sociedad dentro de “otra” sociedad, de nación dentro de un Estado nación. Esta certeza que a veces asoma en el discurso, de manera más o menos consciente, está en la base de todo su llamado al respeto y a su consideración de “pueblo primero”, lo que no le impide ser parte de la sociedad nacional pluricultural y multiétnica.

 

Territorio e identidad

Una lección importante, de las muchas que nos aportaron estos talleres, fue la siguiente: A partir del listado de “Aspectos que caracterizan al indígena”, construido en el Taller de Mujeres, nos pareció factible plantear que algunos de los elementos que dan soporte a la identidad étnica, son:

  1. Ancestro común
  2. comunidad
  3. tradición o cultura
  4. sentido de pertenencia y
  5. reconocimiento por parte de los otros

Cuando más tarde, sometimos esta idea al criterio del Taller de Varones, se nos hizo ver que estaba faltando un elemento esencial: el Territorio.

 

Para el indígena el territorio es una fuerza que alimenta en todo momento su identidad.

Daniel Leiva.

 

El Territorio es fundamental para la existencia de la etnia. Este significativo aporte del presidente de la ADI Curré, salido no de la teoría, sino de la experiencia cotidiana de un dirigente indígena, nos hizo recordar inmediatamente las palabras de Cardoso cuando afirma:

 

Estoy convencido de que, para que los grupos étnicos persistan como tales, es indispensable un territorio… La situación de ‘reservación indígena’, por ejemplo, puede ser considerada como una condición “límite” para que el grupo étnico permanezca como un “tipo de organización”.

(Cardoso, 1992: 69)

 

En otras palabras, el territorio asignado de manera exclusiva a la etnia, tal y como lo garantiza al Ley Indígena para el caso costarricense, es una condición sine quanon para la continuidad étnica. La desposesión del territorio es el principio del fin de la etnia. Ello explica la insistencia de los curreseños en este punto y su preocupación de que el Proyecto Hidroeléctrico pueda afectar de algún modo lo establecido al respecto. Este temor se agudiza ante la insistencia de sectores que plantean abiertamente su intención de cambiar la legislación indígena, bajo el argumento de querer ayudar a los indígenas, entre los que se incluyen algunos diputados:

 

A mi juicio, una de las razones por las cuales las comunidades indígenas son las poblaciones más pobres del país, (…) tiene que ver con algo que los no indígenas le impusimos a los indígenas en los 70, que es obligarlos bajo un sistema de propiedad colectiva, (…) Yo creo, que efectivamente, hay que volver a traer acá a este Plenario Legislativo, la ley indígena para replantear todo eso…

Diputado Otto Guevara, en Comisión Mixta para la Reforma del ice.
Informe Representantes de la Pastoral Social, Sesión del 24/8/2000

 

En este mismo informe, los representantes de la Pastoral Social ante la Comisión Mixta para la Reforma del ICE, alertan a la Iglesia Católica, acerca de las intenciones de diversos grupos por cambiar la Ley Indígena, lo que redundaría en perjuicio de la continuidad étnica de estos grupos.

 

Hemos notado en la Asamblea Legislativa (así como en otras instancias) que existe una enorme presión sobre los recursos naturales que están en territorios indígenas, (hidroeléctricas, petróleo, minería) presión que se expresa en manifestaciones como las de don Otto, y que reflejan el interés de romper con la legislación que protege estas tierras para supervivencia de estas comunidades”.

Y agregan:

Una ley sobre materia energética, tendrá directamente efectos sobre la cosmovisión indígena de la vida comunitaria, sobre sus nexos vitales de pertenencia y tenencia de la tierra, su arraigo cultural… en dos palabras su supervivencia cultural (Subrayado en el original)

Informe Representantes de la Pastoral Social, Sesión del 24/8/2000

 

Consultada al respecto la conocida antropóloga Ma. Eugenia Bozzoli añade lo siguiente:

 

Aquí esta el meollo del asunto, si se varia la Ley, será fácil aprovecharse de esos recursos sin beneficio alguno para los indígenas y obviamente, con sistemas absolutamente privados, los indígenas dejan de serlo. Por eso estas decisiones hay que comentarlas mucho con ellos, explicarles bien lo que sucede cuando ya no están juntos, ni tienen tierra, y que tengan claras las consecuencias de pasar a ser proletarios en el sistema nacional.

María Eugenia Bozzoli, correo electrónico.

 

Talleres de identidad étnica – Curré

Resumen de conclusiones.

Es que yo no caí aquí así, en el aire. Entonces yo respeto, desde mis antepasados muy antepasados, yo vengo de ahí.

Cristino Lázaro

Identidad étnica.

Los rasgos que caracterizan al indígena son: ▸ tener ancestros indígenas, ▸ conservar su tradición, ▸ servir a su comunidad, ▸ tener presente su cultura: idioma, artesanía, etc., ▸ valorar sus principios culturales, ▸ conservar y respetar su identidad dentro y fuera de su pueblo (Trabajo colectivo participantes del Taller de Mujeres).

Todos estos aspectos fueron planteados en una “dimensión activa”, de tal modo que no basta con pertenecer a una comunidad, sino que se planteó: “servir” a la comunidad, “tener presente” la cultura y así sucesivamente. Esta particularidad se debe a que la identidad indígena no parece ser un atributo pasivo, sino una “actitud”, una adscripción activa del individuo: soy apelado y respondo. La identidad no es un dato o un atributo, es una posición comprometida. Cierta beligerancia que se percibe en la identidad étnica de Curré, puede estar en este momento acentuada por el clima de rechazo al proyecto hidroeléctrico y por la presencia de grupos que objetan la identidad étnica y el control de la comunidad (ver Cap. IX y X).

Entre los elementos que sirven de soporte o condición a la identidad étnica, destacan:  ▸ Ancestro común, ▸ Comunidad, ▸ Pertenencia, ▸ Reconocimiento por parte de los otros, ▸ tradición o cultura y ▸ Territorio. Este último aspecto fue ampliamente defendido por los participantes (Taller de Varones) como uno de los aspectos fundamentales para la sobrevivencia de la etnia y la identidad. Dicho criterio coincide con la posición de teóricos, que establecen que el territorio es indispensable para que los grupos étnicos persistan y consideran las “reservaciones indígenas” como condición límite para que el grupo étnico permanezca… (Cardoso, 1992)

Uno de los momentos más intensos del taller fue el planteamiento del “dolor de lo perdido”. No dudan los participantes acerca de la identidad indígena de Curré. Sin embargo, algunos de ellos expresan un fuerte sentimiento de dolor, al constatar que no cuentan ya con algunos rasgos culturales que podrían funcionar como indicadores de su identidad étnica, tales como la lengua o el traje tradicionales. La ausencia de estos rasgos se manifiesta especialmente en situaciones de contacto con otros grupos indígenas o bien cuando son interpelados por personas de la sociedad nacional, que suponen que rasgos tales deberían estar presentes.

Se menciona la “resistencia” como el camino para recobrar “todas aquellas cosas que se nos han ido”. El llamado es el siguiente: “No culpemos a nadie (por lo perdido). Si reconocemos la identidad tenemos un buen logro. Desde que llegaron los españoles han venido buscando (…) cómo eliminarnos. Nos han acribillado, nos han bombardeado fuertemente con el desprecio. No somos guerrilleros, pero estamos tratando en cómo resistir. Dichosamente somos bruncas. Aunque solo tengamos un dedo en el cuerpo, pero somos bruncas” (D. Leiva). La resistencia se convierte en acción política frente al “otro” dominante y en un aspecto de la identidad étnica. Este rasgo de beligerancia, explica el carácter activo (casi militante), de la caracterización del indígena, (“Aspectos que caracterizan al indígena”) que se construyó al inicio del taller.

 

Identidad y mestizaje

En Curré el mestizo es considerado indígena. El aspecto “sangre” (ancestro indígena) no es el único identificador étnico, sino que se plantean otros, pero el más importante, es la voluntad del mestizo de pertenecer a la comunidad y a la etnia. Los mestizos son considerados indios cuando se identifican y respetan su comunidad, historia y valores: “Si una persona participa, se reconoce por la comunidad y acepta su sangre india, esa persona es india”. En palabras de un mestizo participante del taller: Soy indio porque “reconozco mi sangre, reconozco mi tierra, reconozco mi hogar”. A juicio de los participantes, es la sociedad donde se forma la persona, la que con más fuerza orienta la definición de identidad étnica del mestizo. Este producto del trabajo colectivo del taller es importante en vista de que uno de los argumentos de los sectores que cuestionan la identidad étnica en Curré, es la presencia de mestizos en la comunidad, los que ocupan un especio importante dado que las parejas de padres mixtos suman el 27 % del total de familias. Sin embargo, como vemos, el criterio de filiación étnico incluye a los mestizos como parte de la comunidad indígena.

 

Identidad y Migración

Se admite que algunos indígenas se hacen profesionales, salen de sus comunidades y no rompen su nexo con estas. Esto ocurre cuando en la infancia se adquieren bases muy sólidas de identidad étnica: “Si no tenemos una formación desde pequeños, la decisión de qué camino seguir se toma por conveniencia”. Sin embargo, la identidad étnica de los emigrados es difícil de garantizar porque “si no vivimos en la comunidad no podemos sentir …” y “la persona se pierde como indio.” Este riesgo lo corren especialmente los hijos de los emigrados, porque si sus padres salieron muy jóvenes de Curré, ¿qué les van a enseñar a las nuevas generaciones que crecen en “la otra sociedad”? En una misma familia, se observa que los niños que crecen en la comunidad, aprecian más la tradición y demuestran más identificación, que los que han pasado tiempo fuera de ella (Ver también Cap. VI, al final: “situación socioeconómica”).

 

Manipulación de la identidad frente al otro.

Las causas de la negación de la identidad étnica frente a “los otros” son tres: el rechazo de la sociedad nacional hacia el indio, la pobreza de las comunidades y la falta de formación y valoración de su propia cultura por parte de los indígenas.

 

    1. El rechazo de la sociedad nacional: las personas pueden negar la identidad étnica por temor, miedo o vergüenza y para evitar el rechazo, la burla o el desprecio de parte del “otro”. Esto ocurre por “sentirse una persona de segunda categoría”, porque “lo iban a rechazar porque era indígena y vivía en Curré”, porque los otros “piensan que somos menos que los demás”, creen que el indígena “es la persona menos preparada en todo sentido”.
    2. Pobreza de las comunidades indígenas: “Nos sentimos apenados por la situación socioeconómica y por la situación de desprecio de la sociedad. Nos acompleja la situación económica, creemos que somos inferiores”.
    3. Falta de formación: la negación de la identidad étnica ocurre “por ignorancia, al no tener clara su identidad”, por “desconocer sus valores culturales”, por no tener suficiente “autoestima” y no “valorarse a sí mismo”. Se admite que “una persona debidamente formada, (…) con menos razón debería esconder su raíz.” El indígena que no se ha formado debidamente sale de su comunidad y regresa “con otra apariencia y negando incluso su identidad”. Hay que formar a las personas de modo “que cada uno ponga los pies sobre la tierra y sepa donde está”.

 

Se observa la existencia de un sentimiento de marginación y subvaloración asociado a la identidad étnica. Este sentimiento es resultado de un efecto de espejo, que proyecta sobre la etnia la percepción existente en la sociedad nacional. Cabe subrayar el papel del “otro”, como configurador de identidad. Queda claro, entonces, que la identidad étnica no existe de manera independiente, sino que está influenciada por la cultura de la “sociedad mayor”, en una relación de dominación y subordinación (Aspectos Teóricos, Cap. III).

 

Rechazo y desinformación de “la otra sociedad”.

Los participantes aseguran que es mejor aprender a vivir con el rechazo porque la sociedad siempre expulsa a quienes no son de ella. Es por eso que los indígenas sienten el rechazo y reaccionan con vergüenza. Consideran que no solo algunos indígenas, sino también la sociedad “blanca” está mal informada. Algunos esperan vernos con taparrabo y una pluma grande. “La otra sociedad está más mal informada que nosotros”.

 

Una sociedad dentro de otra.

Las reiteradas referencias a “la otra sociedad” o a “aquel otro mundo” para referirse a la sociedad nacional, hacen evidente su conciencia de otredad, de sociedad dentro de “otra” sociedad, de nación dentro de un Estado nación. Esta certeza que a veces asoma en el discurso, de manera más o menos consciente, está en la base de todo su llamado al respeto y a su consideración de “pueblo primero”, lo que no le impide ser parte de la sociedad nacional pluricultural y multiétnica.

 

No dividir indígenas tradicionales de indígenas estudiantes.

Se subraya la importancia de no crear divisiones entre los indígenas tradicionales y los que han estudiado porque de este modo “nos seguimos retrasando”. Es mejor dar la oportunidad para que estos indígenas puedan devolver a las comunidades lo que la comunidad les ha dado y puedan compartir la formación que han obtenido. Ellos pueden contribuir a que la comunidad indígena conozca mejor “la otra sociedad”, refiriéndose a la sociedad nacional.

 

Desarrollo, cambio cultural y tecnológico

Algunos participantes son de la idea de que la identidad no se pierde con el desarrollo. “Podemos cambiar sin necesidad de dejar de ser indígenas”. “Es posible un Curré con desarrollo tecnológico.” Se pone el ejemplo de grupos étnicos norteamericanos que pese a disfrutar de educación y adelantos tecnológicos no pierden sus tradiciones. Se admite que “las sociedades van cambiando de acuerdo a las necesidades” pero “el problema es cuando nos imponen cosas”. Se afirma que es posible el cambio cultural y tecnológico, siempre que se respete la identidad indígena y no se pretenda su manipulación.

Por lo que hemos percibido, uno de los obstáculos más serios a cualquier cambio en Curré, es el temor a ser víctima de “el irrespeto”, esto es, la realización de cualquier evento sin una adecuada consulta a la comunidad. La dificultad para lograr este consentimiento podría estribar en que no siempre existe una visión única, hasta el punto de que alguno de los participantes, habló de dos tipos de indígena: el “legítimo o tradicional y el moderno”, o bien, como sugirió otro en un afán conciliador, existen “diferencias en cómo queremos desarrollarnos”, esto es, diferentes actitudes hacia el desarrollo.

 

Las modas y la identidad étnica

Ni las mujeres, ni los jóvenes, cuestionaron el cambio en las modas y el aspecto físico, en los jóvenes que salen de Curré, como tampoco el uso de nuevas tecnologías. Fue más relevante el hecho de que estos conserven una actitud de identificación y pertenencia con la comunidad, que se exprese en sus manifestaciones y valoraciones, en la declaración pública de su identidad indígena, y en mantener relaciones vivas y cordiales con los miembros de la comunidad. Estas actitudes fueron sancionadas positivamente por los participantes al Taller, con frases como: no abandona su pueblo, se identifica, ama su comunidad, se involucra, no ha olvidado, se interrelaciona, reconoce, se enorgullece, lo que se llevó no lo ha perdido y lo comunica a otras personas. Pese a lo anterior, las mujeres, en especial las mayores, cuestionaron la intolerancia de algunos jóvenes respecto a sus gustos y forma de ser (Este tema queda abierto y debe ser tratado con más detalle. En nuestro trabajo de campo hemos percibido cierta tensión en este sentido).

 

Actitud de los jóvenes.

Los jóvenes, consideran como un valor el hecho de que aquellos que salen de la comunidad conserven su identidad indígena y mantengan viva su relación con la comunidad, aun en medio de la migración y el cambio cultural. Fueron categóricos al reconocer que tienen muchas dudas y necesitan la ayuda de “personas calificadas que nos puedan aclarar”.

 

La identidad en movimiento, la máscara rota y los espejos

Apreciaciones finales.

Hemos analizado en otro sitio (Cap. IX), la existencia en Curré de dos tendencias, una de “pensamiento étnico” que lucha por la continuidad étnica y otra de “pensamiento de ruptura” que asegura que la identidad étnica de Curré ya no existe.

La primera tendencia, cuyo principal representante es la ADI, es dominante y mayoritaria, propone la defensa a toda costa de la identidad indígena de Curré, el patrimonio cultural y arqueológico, la Ley indígena y el Territorio, valora el desarrollo pero da prioridad a la identidad. La segunda tendencia “pensamiento de ruptura”, argumenta que Curré ya no es indígena, como lo demuestra el mestizaje y la pérdida de rasgos culturales, principalmente la lengua. Ve la Ley Indígena como una atadura y considera que la “Reserva” no tiene razón de ser. Esta segunda tendencia es poco representativa y su ideario no encuentra eco en la población. Pese a ello nos ha servido como contrapunto, para conocer mejor el pensamiento étnico, dominante en Curré. Otro de los sectores que cuestionan la identidad indígena de Curré son algunos “blancos” presentes en la comunidad. Según estos la comunidad ya no es indígena por el mestizaje, porque los indios ya no viven como indios, (otros indios cocinan en piedras) y porque hay adelantos como teléfono y carretera.

Con la realización de este taller, pudimos fundamentar aun más nuestra perspectiva. Este acercamiento nos ha permitido precisar mejor el pensamiento de los curreseños en torno a su identidad. Como suele suceder, a este grado de cercanía empiezan a verse los poros y las fisuras, las verrugas y las contradicciones: en fin los detalles propios de todo aquello que es real y existe. Pero también hemos podido comprender mejor el tema de la identidad étnica en Curré.

 

La identidad no es estática, es un proceso.

La identidad no es estática. Es un proceso. La identidad es una construcción que se está haciendo todos los días. No es un atributo. Ser indígena para los curreseños es estar siendo, pero también es el riesgo de dejar de serlo. Es por eso que cuando en el Taller de Mujeres se pidió mencionar las características que definen al indígena, no se aportaron cualidades estáticas sino dinámicas, propuestas en infinitivo. No dijeron tradición, cultura o comunidad, sino “conservar la tradición”, “tener presente la cultura”, “conservar y respetar su identidad dentro y fuera de su pueblo” y así sucesivamente. Eso es ser indio en Curré. Es una identidad en acción, tensión, en lucha. Es un pulso entre ser y dejar de ser, entre lo propio y ajeno, o bien, para decirlo metafóricamente en términos del ritual boruca, es la lucha entre los diablitos y el toro, entre lo propio y lo ajeno, entre la etnia y los “otros”.

Desde esta perspectiva, la confrontación interna entre el “pensamiento étnico” y “pensamiento de ruptura” que se vive en Curré, es parte de este proceso dialéctico de construcción permanente de la identidad. Dicho conflicto es la manifestación social de la colectividad pensando, reflexionando, discerniendo su identidad.

 

La identidad se construye frente a los otros: El juego de los espejos.

Pero la identidad no la construye la etnia por sí sola. El curreseño se encuentra frente a una serie de espejos, algunos de estos espejos están dentro de la comunidad y otros están fuera. Tanto dentro como fuera, algunos espejos se empeñan en recordarle su rostro indígena, pero otros le atribuyen estereotipos de los más variados, o se complacen en evidenciar los indicadores de identidad perdidos (la lengua, el traje, las costumbres que ya no están) y aseguran que Curré ya no es indígena y que ha sido atrapada por “la corriente integracionista mundial” (Testimonio Oral No. 7). Frente a esos espejos se construye la identidad, a base de resignación, o a base de resistencia, en medio de manipulaciones y ajustes. Sobre este particular ha dicho Cardoso, “la identidad étnica viene ya embebida en un prejuicio cultural, se trata de una corteza de prejuicios y estereotipos, que existen en una forma difusa en la ‘cultura de contacto’, producidos por los ‘civilizados’ y consumidos igualmente por indios y blancos…” (Cardoso 1992: 56)

 

Resistencia y voluntad étnica.

Nos hemos guiado a lo largo de este recorrido por el instrumental teórico propuesto por Cardoso. Este autor plantea una gama de ideas conexas entre sí: identidad, ideología, fricción étnica, contraste cultural, cultura de contacto, y en la base de todo ello las relaciones sociales interétnicas y económicas que les dan origen. Sin embargo, nos parece que en el marco teórico del autor, el concepto de identidad étnica queda muy subordinado a la cultura dominante. El modelo que el autor aporta, y que nos ha sido tan útil a lo largo de la investigación, no pondera suficientemente el potencial ideológico de los grupos étnicos propiamente dichos y su capacidad de resistencia. A nuestro juicio, ambos cuerpos ideológicos se enfrentan, el dominante y el de los grupos étnicos, y de esta interacción dialéctica surge la identidad étnica, como hemos dicho antes, siempre en tensión y movimiento. Lo increíble es que aún en el marco del sistema interétnico dominado ideológicamente por la sociedad global, la ideología étnica todavía siga en pie. Esta visión de identidad en tensión y movimiento, como producto del enfrentamiento de ambas ideologías, es la que interpretamos a la luz de los procesos que hemos venido observando en Curré, en su lucha contra le represa hidroeléctrica, o bien, cuando un dirigente indígena participante del taller, dice:

 

Desde que llegaron los españoles han venido buscando muchas estrategias de cómo eliminarnos.(…) No somos guerrilleros, pero estamos tratando, en como resistir (…) La venida de Cristóbal Colón, llegó a aquí a hacer masacres. Y en este momento la masacre de Cristóbal Colón está en Rey Curré, después de quinientos años. Son luchas que estamos dando. Ya nos quitaron una mano, pero somos indios. Nos están quitando el idioma, pero somos indios. Eso quiere decir que sí somos bruncas. Dichosamente somos bruncas, aunque solo tengamos un dedo en el cuerpo, pero somos bruncas.

Daniel Leiva, presidente de la ADI, Curré.

La máscara rota

El día de mi cumpleaños llegó Uriel, sin avisar, con una bolsa en cuyo interior traía una máscara de las que se usan en Curré para “jugar los diablitos”, el juego ritual boruca. Era el regalo suyo y de su hermano Marcos, y me dijo: esta máscara está rota, pero vale más porque está jugada. En efecto, los golpes dados por el toro le habían arrancado varios dientes, y por cierto, alguien le había dibujado unas esvásticas y un símbolo chino del yin yan, en la frente. Por supuesto que esta máscara rota tiene más valor que una máscara nueva. Enfrentó al toro, recibió sus ataques y los sorteó, una y otra vez. Pero también recibió cornadas y exhibe sus cicatrices. Es uno de esos objetos que vale por su historia acumulada.
Con algunos dientes menos, y con la piel marcada por otras etnias y por otras culturas, Curré es como esa máscara rota. Vale más porque está jugada, porque ha perdido pedazos de su ser en los enfrentamiento contra el toro, ese que, como sabemos, representa al “otro”, al blanco, al sikua. Y en esa lucha perenne, donde Curré siempre muere, igual que “los diablitos” en su juego ritual, renace Curré una y otra vez, para renovar su identidad étnica.
Una y otra vez, pese al dolor de lo perdido.

[1] En esta investigación hemos partido del concepto de identidad étnica, planteado por Roberto Cardoso de Oliveira (1992). Ver Discusión Teórica (Cap. II).

[2] Ver detalles en Aspectos Metodológicos. Cap. III.

[3] Si bien la lengua brunka no se habla actualmente, se pronuncian palabras, los niños reciben lecciones y se valora como un bien cultural.

[4] Los “mayores” recuerdan cómo era el traje tradicional de los abuelos, y se han tenido conversaciones acerca de la posibilidad de confeccionar algunos ejemplares. El traje es caro porque lleva grandes piezas de algodón hilado y tejido a mano. Se requiere la colaboración de entidades como Aradikes o el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, no solo para financiarlo sino para impulsarlo y darle sentido dentro del acontecer de la comunidad indígena y nacional.