Una saloma en Potrero Grande

 

 Presentación del libro «Historia y tradición en Potrero Grande.

Un pueblo costarricense de origen chiricano panameño».

 

El 7 de marzo de 2009 se presentó el libro en la localidad de Potrero Grande. Hubo un gran apoyo de parte de la Editorial UNED que comprendió que no había mejor lugar para presentarlo que en aquella localidad. Para la organización del evento se formó un comité donde habían personas de Potrero lideradas por don Pastor Pinzón con el apoyo del ICE. Se colocó afiches en la localidad. Yo había enviado una propaganda por correo con un texto que empezaba diciendo así: Hace mucho que los chiricanos en nuestro país no saloman. Tampoco he sabido que aun quede alguien que toque acordeón al estilo panameño. Pero este sábado habrá una fiesta chiricana en Potrero Grande con motivo de la presentación del libro…

Debo confesar que yo estaba muy asustado. Potrero Grande es un pueblo pequeñito, donde no todo el mundo es de origen chiricano. Iban a llegar funcionarios y miembros del Comité Editorial de la UNED y un autobús lleno de profesores y estudiantes de la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI), venían estudiantes de la maestría en historia liderados por Dr. Agustín Martínez y acompañados por un grupo de músicos y bailarines chiricanos. A decir verdad, y esto lo digo con todo cariño porque ellos lo saben, yo nunca invité a los chiricanos. Desde que ellos conocieron acercan de nuestra investigación en un congreso de historia celebrado en la UCR, ahí mismo tomaron la decisión de que estarían en Potrero Grande durante la presentación del libro y que vendrían desde Chiriquí con su grupo musical y sus danzas.

 

Los mayores de Potrero Grande eran los invitados especiales.

Los mayores de Potrero Grande eran los invitados especiales.

 

Mi preocupación fue por una parte logística, no sabía si los podríamos alojar. Dichosamente ellos mismos encontraron la solución, decidiendo que venían y regresaban el mismo día. Pero había otra cosa que me preocupaba más, y era la siguiente: ¿qué iría a suceder cuando los chiricanos llegaran y tocaran y bailaran su música? ¿Cómo responderían los potrereños? No todos me conocían. Yo había entrevistado solo a los viejitos, gente muy mayor. Algunos de ellos con grandes problemas de memoria. ¿Cómo reaccionaría el resto de la comunidad frente a esta música y ante la presencia entusiasta de los jóvenes estudiantes chiricanos? ¿Lo aceptarían o lo rechazarían? Las migraciones chiricanas habían ocurrido mucho tiempo atrás. ¿Qué haría yo si la gente de Potrero Grande no reaccionaba o no se identificaba con aquellas manifestaciones culturales y aquellos visitantes de Chiriquí? Como dato anecdótico adicional, en las últimas horas el Presidente Ejecutivo del ICE, señor Pedro Pablo Quirós, anunció su llegada a la presentación del libro. Esto hacía más aparatoso y complicado el evento.

 

El público iba llegando poco a poco. Afuera la banda del colegio ya se estaba preparando.

El público iba llegando poco a poco. Afuera la banda del colegio ya se estaba preparando.

 

Mientras estábamos iniciando la actividad se nos informó que los chiricanos llegarían tarde por un retraso en la aduana. De modo que empezamos. Sentados adelante, en sitial de honor, los ancianos de Potrero Grande, casi todos ellos entrevistados por mí. Para empezar, se tocaron los himnos de Costa Rica y Panamá. Lo más impresionante, cosa que todavía hoy me emociona recordar, fue que mientras sonaban las notas del himno panameño, algunas personas del público empezaron a llorar.

 

En la foto la profesora panameña Graciela Joly entrega una bandera a José Luis Amador y doña María Eugenia Bozzoli

En la foto la profesora panameña Graciela Joly entrega una bandera a José Luis Amador y doña María Eugenia Bozzoli

 

Ese día doña María Eugenia Bozzoli pronunció un hermoso discurso por parte de Editorial Costa Rica refiriéndose a nuestro libro sobre los chiricanos en Costa Rica. (Lo publicamos en documento adjunto). El evento prosiguió con todo protocolo, hasta que se escuchó el grito de AHÍ VIENEN LOS CHIRICANOS y entonces todo cambió. En un dos por tres  los chiricanos tomaron el evento. Pusieron su bandera como mantel de la mesa principal, y llenaron de alegría el local.

El programa siguió con normalidad y en su momento los chiricanos tocaron sus músicas e invitaron a bailar al público, y fueron los viejitos y viejitas los primeros en bailar. Fue ahí donde se acabaron mis temores.

 

La música panameña se apoderó del evento y todo fue una fiesta.

La música panameña se apoderó del evento y todo fue una fiesta.

Ritmo gracia y tradición chiricana.

Ritmo gracia y tradición chiricana.

 

Todavía hoy conservo algunos artículos de periódicos locales sobre la celebración en Potrero Grande y notas enviadas por los mismos chiricanos a su regreso a David. Un correo que me enviara Itzel Cortez, comunicadora panameña quien labora para la revista CULTURAMA y que venía con la delegación chiricana a Potrero Grande, dice lo siguiente:

 

Quiero que sepa que para mí fue muy satisfactoria esta visita, íbamos con muchas expectativas de lo que sería esta gira, sin embargo la culminación de la misma fue más de lo esperado. Escuchar las historias de las personas que dejaron sus tierras y sus familias para labrarse un fututo nuevo en otros lares nos hace meditar en lo fácil que se nos presenta la vida para nosotros, aún con todos los problemas de la vida moderna, nada se compara con las hazañas que debieron realizar nuestros antepasados para poblar estas tierras, ticas y panameñas, separadas por una línea imaginaria pero con muchas similitudes entre sí.

Debe sentirse satisfecho con lo logrado porque no sólo escribió estos relatos sino que conectó a las personas con su historia, con su pasado, llevándoles hasta sus orígenes que estoy segura reforzarán su identidad y enriquecerán su cultura. Sentir este calor con el cual nos recibieron hizo muy difícil terminar esta visita. Esperamos que con nuestra pequeña embajada los habitantes de este poblado hayan sentido, con nuestra presencia, la cercanía con su herencia.

Itzel I. Cortéz G.

 

 

Cuando me di cuenta yo también estaba bailando.

Cuando me di cuenta yo también estaba bailando.

Chicos y chicas del Colegio de Potrero Grande pusieron su cuota de encanto y alegría.

Chicos y chicas del Colegio de Potrero Grande pusieron su cuota de encanto y alegría.

Señoras de Potrero Grande comentando el libro y ostentando banderas de Chiriquí.

Señoras de Potrero Grande comentando el libro y ostentando banderas de Chiriquí.

No dudo que aquel día, ciertamente, se escuchó más de una saloma en Potrero Grande.